• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / Fue director del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo (OIVT) de la Fundación San Pablo-CEU.

Líos en el PP

Por Cayetano González

A dos meses justos de las elecciones generales, el partido actualmente en el Gobierno ha entrado en una dinámica de desgaste donde prácticamente a diario es noticia

por cuestiones que proyectan una imagen de una cierta descomposición interna que más se asemeja a un fin de ciclo que a otra cosa. El elenco de noticias de la última semana al respecto ha sido demoledor: las declaraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, criticando duramente al expresidente Aznar o a su compañero de gabinete García-Margallo; la contestación de éste en un tono desabrido; la dimisión de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, después de haber tenido que retirar una moción presentada en el Parlamento Vasco en la que rebajaba de una forma incomprensible la exigencia a la marca política de ETA, Sortu, a la hora de condenar el historial criminal de la banda terrorista.

Como respuesta a toda esta situación, hubo este fin de semana un llamamiento a cerrar filas en torno a la persona del "jefe" y de ahí la foto de unidad que protagonizaron los principales dirigentes del PP en torno a Rajoy en un cigarral de Toledo. Y la pregunta es obvia: ¿cómo debe de estar el PP para que a dos meses de las elecciones sea necesario visualizar el apoyo y el cierre de filas del partido en torno a la persona que es el presidente de un gobierno con mayoría absoluta y candidato a seguir en la Moncloa?

En la historia reciente de nuestra joven democracia, hay una cosa que los electores no perdonan y suelen castigar de forma implacable: la división interna de los partidos. El caso más paradigmático de esta pauta de conducta fue el que en las elecciones generales de 1982 sufrió en sus propias carnes la UCD, que pasó de tener 167 diputados a 12. De alguna manera le sucedió también al PSOE en 1996, cuando el PP de Aznar le ganó a un partido socialista desgarrado internamente por los casos de corrupción. Y a otra escala es lo que le acaba de pasar a UPyD, cuando hace un año empezaron las disensiones internas a costa de entenderse o no con Ciudadanos.

El PP es el partido con mejor estructura y mayor número de afiliados de toda España. Hace cuatro años consiguió una holgada mayoría absoluta con el voto de casi once millones de españoles. Pero a partir de entonces y en las diversas citas electorales ha ido perdiendo apoyos. El nerviosismo y el temor a perder el poder tras las elecciones del 20-D es lo que en gran parte explica los episodios de líos y enfrentamientos internos que se están produciendo en estos meses. Eso, y la falta de firmeza, de autoridad moral, de liderazgo en definitiva, de quien debería poner un poco de orden y de cordura dentro de sus filas cuando se atisba que dentro de dos meses pueden venir mal dadas.


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