• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 20:35

Opinión / Fue director del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo (OIVT) de la Fundación San Pablo-CEU.

Estar a la altura

Por Cayetano González

Los atentados terroristas han conllevado un desplazamiento del foco informativo.

Los atentados terroristas llevados a cabo en París el pasado día 13 y el consiguiente clima de amenaza y peligro permanente creada a raíz de los mismos, ha conllevado a efectos de consumo interno en nuestro País un desplazamiento del foco informativo que hasta la fecha de los citados atentados estaba centrado fundamentalmente en dos cuestiones: el proceso secesionista en Cataluña y las elecciones generales del próximo 20 de diciembre.

En estos últimos diez días el interés y la preocupación ciudadana ha estado centrada no en las últimas ocurrencias de Artur Mas o de sus compañeros de viaje de la CUP; tampoco lo ha estado en las propuestas electorales o en las declaraciones de los líderes de los partidos con más posibilidades de llegar a la Moncloa a partir del próximo 20-D. Ambas cuestiones, sobre todo la referida a Cataluña, han quedado muy empequeñecidas al lado de la trascendencia y gravedad que supone la amenaza yihadista para todo el mundo. Porque el pasado día 13 fue París el objetivo de los ataques terroristas, pero la pasada semana fue la capital de Mali y desde el pasado fin de semana, Bruselas vive en un continuo estado de alarma ante la posibilidad de un atentado.

Ante hechos de tal magnitud que trascienden claramente nuestras fronteras y que afectan a la seguridad, al derecho a vivir en paz y en libertad de tantos millones de personas, es fácil llegar a la conclusión de cuan pequeñas y ramplonas son algunas actuaciones políticas. Estoy pensando especialmente en el proceso secesionista de Cataluña, y lo poco que tiene que ver ese afán independentista de algunos con el rumbo que debe de tener en la actualidad una política europea e incluso mundial ante la grave amenaza terrorista, a la que bastantes dirigentes se han referido a ella como la III Guerra Mundial.

El caso de las próximas elecciones generales en nuestro País es distinto, porque independientemente de que la reacción de nuestros dirigentes políticos ante los ataques terroristas a París y las medidas a tomar haya sido manifiestamente mejorable, esa cita con las urnas dentro de menos de cuatro semanas si tiene su importancia y trascendencia para el futuro de nuestra Nación. Entre otras razones, porque el gobierno que salga de las urnas tendrá que hacer frente tanto a la amenaza del terrorismo yihadista, de la que España no está libre, como del intento secesionista de Cataluña. Los problemas internos no desaparecen de la noche a la mañana, aunque sí sería deseable que nuestros líderes políticos hiciesen un esfuerzo por estar a la altura del trascendente momento que estamos viviendo a nivel global y fueran capaces de mirar un poco más allá de sus cortos horizontes.


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