• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:32

Opinión / Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

Faltan alicientes para saltar resistencias

Por Carmen Tomás

Los inversores no han encontrado esta semana muchos alicientes para lanzarse y superar la resistencia que en el caso del IBEX ha estado claramente esta semana en los 10.500 puntos.

Cierto que subió un 1 por ciento al cierre de las cinco sesiones, animado el viernes por el buen comportamiento del empleo en Estados Unidos, que ha logrado bajar del 5 por ciento y que abre la puerta, ahora parece que sí, a una subida de los tipos de interés.

En España ha habido buenos resultados empresariales. Telefónica, por ejemplo, ha logrado después de siete años beneficios en su negocio de España. Los expertos, en todo caso, siguen apostando por la renta variable y se muestran convencidos de que si se sobrepasan los 10.500 puntos podemos ver al selectivo español en las cotas anteriores a la gran debacle, aún así tardará años en lograr el máximo de 16.000 puntos.

Por otro lado, la semana ha estado cargada de datos. Primero conocimos el paro registrado de octubre que fue mejor de lo que se espera en un mes de octubre, final de la temporada turística y de muchas actividades agrícolas. Cierto que subió el paro, pero también las afiliaciones a la Seguridad Social. Y, desde luego fue un buen mes, si se corrigen los efectos del calendario.

Después vino el informe de otoño de la Comisión Europea y nos dio una de cal y una de arena. La CE prevé que España siga creciendo por encima de los grandes de Europa y que lo hará por la mejora de la demanda y también del sector exterior, cuyo superávit crecerá en torno al 1,5 por ciento. No tiene tan claro que España pueda cumplir con el objetivo de déficit ni este año ni el que viene, aunque desde el gobierno de España se asegura que se cumplirá, porque ahora mismo España goza de varios colchones: menos intereses de la deuda, bajada de las prestaciones por desempleo por el aumento de los puestos de trabajo y en menor medida por el efecto del coste del petróleo en la cuenta exterior. Veremos.

La realidad es que Bruselas siempre suele equivocarse en sus previsiones. Otra cosa es que nos parezca que tener un déficit que ronda los 45.000 millones de euros sea aún una cifra muy abultada. Sin embargo, hay que recordar que se han bajado los impuestos, se ha devuelto a los funcionarios la paga y que no ha habido mayores recortes en los servicios básicos. Se han atendido a las demandas importantes de las Comunidades Autónomas y se pagaron a todos los miles de proveedores con facturas de hace años.

Ha sido además éste un año de cambios en Comunidades y Ayuntamientos y un año de elecciones generales, así que superar el objetivo en 3-4 décimas (3.000-4.000 millones) tampoco parece algo escandaloso. La solución definitiva no la sabremos hasta abril del año que viene, o sea que aún hay mucho tiempo para especular y criticar al gobierno. Por cierto que muchos de los que lo critican no se cortan un pelo a la hora de prometer más gasto público, más déficit.


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