• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / El zurriago de Oteyzerena

Nacionalistas y marxistas, ni rebeldes ni inteligentes

Por Carlos Jordán

Nunca lo han sido, ya en los ochenta les tenían que pagar 5.000 pesetas para que saliesen a la calle a destrozar el mobiliario público en Pamplona (ellos lo llaman legítima protesta).

Imágenes de los incidentes tras la huelga estudiantil. EFE (8)
Imágenes de los incidentes tras la huelga estudiantil de Pamplona en 2016. EFE

Teniendo en cuenta que se definen como revolucionarios y comunistas se puede asumir que eran un fracaso ideológico y moral en toda regla. Lógicamente si la base sobre la que se construía estaba sometida a semejante hipocresía e incoherencia el resultado actual no iba a ser nada mejor.

Los que antaño engrasaban el capitalismo cultural desde una pretendida lucha marxista desde abajo ahora lo hacen desde arriba. Colegios infestados de su particular despropósito que han mutado en fábricas de ganado para controlar la calle. Capaces de atender a muy limitadas ideas “España=fascismo”, “Yo no soy español” y/o “Todo lo que no es nuestro dogma es ultra, facha, fascismo o algún tipo de fobia”.

¿Podemos escandalizarnos de estos dogmas serigrafiados a fuego en la mente de tan insulsos huéspedes? No. Y tampoco razonar con ellos. El mito de la caverna ayuda a esta reflexión. Estás lamentables generaciones venideras, metamorfoseadas en deficientes intelectuales absorben lo que les cuentan sus afines sin ningún criticismo, hasta con avaricia. Y cuando salen de su realidad al mundo reaccionan con la violencia del animal acorralado. Para ellos su realidad es otra muy diferente y jamás les han enseñado a tener criterio.

Siempre se ha dicho que para ligar de joven hay que ser rojo, no es de extrañar que en un acto de machismo sin precedentes la mayoría de los jóvenes abracen las pseudo doctrinas progresistas de la España ultra y esa indigestión de mala educación les haga víctimas fáciles de mataderos de ganado electoral como Podemos, Bildu, Geroa Bai, Izquiera ezkerra, etc…

Recientemente varios de estos jóvenes me contestaban lo siguiente “Me es difícil entablar conversaciones con alguien nada afín a mi” y otra frase que aún es más enfermiza si cabe por su desprecio al conocimiento “¿No tienes opinión propia? Leer no implica nada”. Jóvenes capaces de dejar a Nietzsche y la decadencia de la cultura Europea como una visión optimista de lo que estaba por venir en su ‘mediodia’ cultural. Nadie crea desde la orfandad cultural, como escribió uno de nuestros más fieros autores.

Por eso nunca el estado se debe permitir negociar. Ese tipo de gente no saben razonar. A lo sumo aceptarán alguna concesión circunstancial y seguirán son su doctrina hacia el precipicio. Los que se salven de esta carnicería se convertirán en mansos instrumentos de la burocracia que pretendían destruir y los que no, apostolarán su estupidez allá donde los mansos se lo permitan.

Con la suerte de la globalización cultural, esta pseudocultura que deforma la cultura española, encuentra en el resto del mundo la espada de Damocles que acabará con su desarrollo. Una situación que no son capaces de evitar los ahora ancianos que engordaron sus carteras en los 80 y que ahora pastorean a tan limitado ganado. La llamada alt-right empuja con fuerza, millenials que se ríen de este aparente nudo gordiano y de la corrección política a carcajadas.

Miren si no, la concentración semanal pidiendo el acercamiento de los presos etarras sin aceptar la vía Nanclares, llena de ancianos. O la concentración proreferéndum del pasado fin de semana con participantes similares. Fíjense además en bilgune feminista -la asociación abertzale que pretendía tirar el chupinazo-, la última remesa de esa anquilosada generación. Pretendidos grupos juveniles como Xare antifascista, ikasle abertzaleak, juventudes de Podemos, Gazteok Bai o similares en cuyas fotos hay una mayoría de personas que sobrepasan con creces los cuarenta años de edad y curiosamente sus jóvenes comparten militancia en varios de ellos.

La juventud está domada. Aunque la teoría dice que, en cualquier circunstancia, época y lugar, cuando se prohíbe dudar y protestar, es obligatorio que la persona inteligente dude y el valiente proteste, el nacionalismo y el capitalismo cultural vestido de marxismo (gracias a la inacción) han conseguido que sean muy pocos los que dudan y protestan. ¿Quieres ser tú? ¿Uno más?


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Nacionalistas y marxistas, ni rebeldes ni inteligentes