¿El fascismo es de derechas, de izquierdas? Para aquellos que ven el mundo moderno como una reminiscencia de los fascios italianos y sueñen con Franco comiendo fuet, puede que esto les cause una embolia cerebral, mis disculpas por adelantado.
Como todo en esta vida, la historia la escriben los vencedores, eso quizá hace que reconozca que los dejes de los movimientos volkisch de las primeras décadas del siglo XIX sigan pululando a día de hoy en el carácter de nuestra sociedad. Si bien el franquismo murió en una cama del palacio del Pardo, el fascismo sigue existiendo.
Y seguirá existiendo fascismo mientras las ideas de Giuseppe Gentile salgan disparadas de las bocas de nuestros políticos a los panfletos publicitarios subvencionados por ellos mismos para convencer al pueblo de que su visión y programa es la acertada. Que ya de por sí, sin fascismo por medio, es un atentado gravísimo contra la democracia.
Estas ideas, están basadas en la máxima de dos sistemas de gobierno diametralmente opuestas entre sí, la liberal, individualista y demasiado centrada en los derechos individuales, por consecuencia egoísta, frente a la que recomendaba Gentile por estar basada en la sumisión del individuo al conjunto del estado, llamada por él verdadera democracia.
Como su mentor filosófico Karl Marx, Gentile quería crear un modelo social que se asemejaba al familiar resumible en una sola cita “estamos en esto todos juntos”. Una idea muy atractiva a primera vista que de hecho es similar al discurso de la derecha moderna, salvo por el significativo detalle de en la derecha, la familia aporta la sociedad y para Gramsci la sociedad aporta la familia. Un gran ejemplo de esto sería Anna Gabriel -la Bakartxo Ruiz catalana- diciendo que los hijos deberían ser criados por la sociedad y no por los padres.
Pero el anterior no es el único ejemplo, en las elecciones de esta legislatura la campaña de Geroa Bai fue una oda a las ideas del padre del fascismo “vamos a recuperar navarra” lanzaba el mensaje de un pasado ideal reforzado por lo que Barkos llamó “una política socialmente injusta”, ideas que Gentile, como hombre de izquierdas, expresaba con crudeza en su Manifesto degli intellettuali del fascismo.
Gentile era un socialista comprometido, de hecho el fascismo es la forma de socialismo más viable. Mientras el marxismo moviliza a las personas dividiéndolas según una clase social basada en el estatus económico, el fascismo lo hace Añadiendo a esa división el componente nacionalista, que integra a un individuo en la sociedad en la que vive. Los fascistas son pues, socialistas con una identidad nacionalista. Y no lo digo yo, lo escribe el mismo Gentile en sus textos.
Para Gentile, toda actividad privada debe estar orientada hacia el bien común de la sociedad sin diferencia alguna, y el gobierno debe velar por la correcta gestión de esto último para garantizar que lo que se entrega al gobierno repercuta a la sociedad. Desde ese momento, el gobierno tiene la capacidad de decidir qué hacer.
Y si el gobierno puede decidir qué hacer, también puede decidir qué pensar. Si Benito Mussolini expuso en la dottrina del fascismo “todo está en el estado”, el cuatripartito de la Barkos sigue los pasos de Benito, y elimina los conciertos privados para “gestionar de forma social” recursos clave para el modelo fascista de Gentile como es la educación.
Pueden, si tienen curiosidad, comparar textos como Manifiesto de los intelectuales fascistas o La conquista del estado, con los discursos de Koldo, Barkos, Solana, Araiz, Aznárez y tantos otros que, como Asirón, no dudan en manifestarse contra el fascismo que ellos mismos transmiten como el cáncer. A mi es que se me agotan las líneas.
