• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 17:03

Opinión / Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas por las Universidades del País Vasco y Complutense de Madrid.

A misa y repicando

Por Carlos Carnicero

Podemos ha propuesto suprimir la misa televisada en Televisión Española con el fundamento de que la Iglesia Católica incita al odio y que era un privilegio del que disfrutaba frente a otras religiones.

Muy mal informado. Resulta que el canal público tiene espacios disponibles para las confesiones que lo han solicitado.

Uno de los éxitos de la transición española ha sido imposible hacer del anticlericalismo un factor de confrontación entre españoles. En los últimos años del franquismo, la Iglesia Católica hizo una importante trasformación de la mano del Cardenal Tarancón. Es cierto que la Iglesia ha tenido algunas resistencias a acostumbrarse al carácter aconfesional de la Constitución Española.

Pero el Parlamento ha legislado con libertad en temas que eran espinosos: primero el divorcio, la interrupción voluntaria del embarazo y el matrimonio legal entre personas del mismo sexo.

Por supuesto que la Iglesia sigue predicando sus creencias y sus dogmas y la sociedad civil es libre de seguir esos principios o no, porque le ampara la libertad religiosa que proclama la Constitución.

La bandera levantada por Pablo Iglesias responde a la necesidad de buscar causas para agitar ya que no dedica mucho tiempo de su actividad parlamentaria a buscar soluciones prácticas a los graves problemas que sufre la ciudadanía. Ha elegido la técnica del postureo sobre cuestiones que tienen mucho que ver con las viejas políticas que tanto dice repudiar.

Encender la televisión y seguir la misa es un acto de elección personal. Los estudios dicen que hay muchas personas mayores, seguramente vulnerables y con economía precaria, que ven ese programa semanal de la misa dominical. ¿Por qué privarles de esa elección? Hay programas para judíos, evangelistas y musulmanes.

El argumento de que es un privilegio que se concede a la Iglesia Católica se cae por la realidad de que otras confesiones también tienen sus propios espacios. Si Pablo Iglesias se hubiera informado de esta circunstancia podría haber prohibido la eliminación de todos esos espacios. Sin embargo, solo pide la supresión de la misa católica.

La verdad que empiezan a aburrir a las ovejas cada que disparan una nueva ocurrencia que resucita precisamente los fantasmas de la vieja política.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
A misa y repicando