Cartas desde mi submarino en el Arga

Y llegó el 14 de julio con el sabor agridulce propio de una fiestas que ya finalizan, por una parte la tristeza de no poder empezar mañana otro largo día con un buen y emocionante encierro y por otra parte con el alivio que supone poder dar por fin un descanso a un cuerpo puesto a prueba durante 9 días. 

Y por fin llegaron los Sanfermines tras tres años de espera. Que San Fermín ha venido todos los años y a buen seguro que con su capotico habrá sacado a unos cuantos de las garras del dichoso Covid, que es tan sumamente chungo y ha traído tantas desgracias que deberíamos llamarlo Kobid, así, en batua diskurrido.

 Vestido de paisano, me acerqué por el parlamento navarro, que al fin y al cabo es también el mío. 

Esto no va ni de audiencias ni de pasta, va de política, de cesión de Navarra a los nacionalistas, de otro sometimiento más de Sánchez y del gobierno Txibildu a los nacionalistas del PNV. 

Tengo que reconocer que hay días en los que cuesta creer en la dimensión divina de la raza humana. Y no tanto por la maldad de algunos que se llaman humanos pero que en realidad son taras de nuestra raza, sino por el comportamiento de aquellos que sí consideramos humanos. 

El exalcalde Asirón se ha colado de por medio con una cagada de las que, si lo hace uno de NavarraSuma. se lía parda. Pero claro, si el que lo hace es un progresista pues agua de borrajas.

Navarra es la comunidad de la que más empresas han migrado a otras comunidades… y viene hoy el ex alcalde Asirón y nos plantea la solución de Bildu para todos estos desastres.

Y es que los nacionalistas lo son porque ni están viajados ni están leídos y claro, cuando uno se cala la txapela a rosca hasta cubrir ojos y orejas… pues pasa lo que pasa. 

Está muy bien que intentemos influir en la manera de pensar de los demás, pero con la misma fuerza debemos defender que existan y coexistan diferentes maneras de pensar y de proponer soluciones. 

Amanece un día más en el Mar Negro. Otra jornada de tensión y duro trabajo, que cuando se está en pleno conflicto bélico hay que andar con pies de plomo y siendo muy cuidadoso con cada decisión que se toma y se ejecuta.

Esta semana le ha prohibido al Ángel de Aralar entrar al Palacio de Navarra porque, según TorrenteRemirez el Palacio es laico.

Que la política internacional es algo muy serio, y claro, si vas por ahí contando secretos a la vez que le facilitas la vida a una banda de terroristas, pues lo dicho, que el resto de países del primer mundo te miran raro raro. 

Hay días en que, a pesar de que uno ya ha visto muchas nevadas y peina mas canas que otra cosa, la vida te vuelve a sorprender y te obliga a reflexionar sobre el sorprendente empeño que tienen algunos seres humanos en comportarse sin utilizar ni un solo resquicio del cerebro que Dios tan sabiamente ha diseñado para nosotros y con tanta generosidad nos ha regalado.

Txibite ha decidido pasar de los criterios éticos y morales que han de regir las acciones de cualquier gobernante que se precie y  ha ordenado poner una pasta para subvencionar semejante muestra de deshumanización y salvajismo.

Amanecí el lunes con una extraña sensación de ilusión y pereza. Que como ya comenté hace unas semanas, me he hecho socio de Sociedad Civil Navarra, que soy de los que piensan que cuando uno cree en algo y ese algo es importante, pues hay que echar una mano si se puede y no esperar a que sean otros los que hagan el trabajo, que no puedo con los que critican todo y no hacen nada.

He amanecido esta mañana y tengo que reconocer que me he llevado una enorme sorpresa al izar el periscopio, ya que todo lo que me rodeaba estaba manchado por algo de  color rojizo.

Los hijos de Putin españoles que no condenan a su padre putativo por la invasión de Ucrania pero sí piden que se disuelva la OTAN para que los delincuentes y asesinos puedan campar a sus anchas. 

Ayer me acosté en mi estrecho pero acogedor camarote dándole vueltas a una idea que a los comandantes de submarinos nos inculcan a machamartillo en la academia naval y no es otra que el concepto de honor y honorabilidad. 

Hay días que sería mejor no desplegar el periscopio, la estulticia de la peña, bueno de alguna peña, llega a un punto que puede resultar hasta ofensiva para el resto de la raza humana.

Vaya par de semanas llevamos… cada vez que he desplegado el periscopio del USS Foralico, me he encontrado con un incendio de los gordos. No un incendio forestal o campestre, que eso no se estila en febrero, sino un incendio político o politicocolateral.

Una cosa es ser patriota y amar a tu patria a la vez que aceptas y valoras a otras patrias, y otra totalmente antagónica es ser nacionalista y rechazar a todo el que no sea de tu ideología e incluso llegar a negarle el derecho a la vida. Que lo uno engrandece y enriquece y lo otro empequeñece, aísla y embrutece.

Anduve dudando si tirar con el submarino USS FORALICO aguas arriba hasta Eugui o darme una vuelta por La Ribera cuando me enteré de que Sociedad Civil Navarra iba a presentar en Tudela su programa para los próximos tiempos.

Así que nada, que estábamos todos muy equivocados, que los terroristas no dan carnets de terroristas, sino de hombres de paz. 

La gente se piensa que pilotar un submarino es fácil porque debajo del agua no hay tráfico, ni bicis saltándose semáforos y todas las normas habidas y por haber y además puedes aparcar donde te parezca sin tener que interpretar el concierto de colores que tiene la zona azul de Pamplona. 

Todo esto puede cambiar si los chivildus acaban, tal y como están amenazando, por obligar a todos los niños de Navarra a aprender euskera.

A ser un comunista de pro, puedes llegar principalmente por dos caminos.

Y ahí estaban los hijos de su p…obre madre intentando jodernos la noche vieja y el recuerdo de todo el pasado año. 

Ayer fondeé mi submarino Foralico bajo el Puente de la Magdalena y bien amarrado al fondo, que todavía quedan restos de la fuerte crecida de hace un par de semanas. 

Ayer fondeé mi submarino Foralico en Huarte, junto al Hotel Iriguibel ya que los domingos que mis obligaciones me lo permiten, me gusta cafetear con los diferentes grupos que quedan bien en la gasolinera bien en el Panadero de Eugui para hacer sus rutas. 

Hoy he subido el periscopio un poco a deshora para lo que acostumbro, buscando una imagen panorámica de la salida de los alumnos y las alumnas de los centros de enseñanza diferenciada que hay en nuestra Ciudad. 

 Una de las ventajas que tiene ir en submarino por la vida es precisamente poder atracar junto a cualquier asador que esté junto al río. Es como llevarte la casa a la puerta del restaurante. 

Ayer decidí fondear mi submarino Foralico bajo el puente de Cuatro Vientos, con la idea de echar de par de mañana un vistazo al ayuntamiento de Pamplona a través del periscopio.

Unos nacionalistas hace unos pocos años decidieron que, si querían hacer realidad aquello de “una lengua, un pueblo”, necesitaban que todos hablaran el mismo idioma y se inventaron una cosa que llamaron Batua