• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / Periodista, de Ayoó. Independiente, pero no de mis ideas, mis amigos y mis estados de ánimo.

USA, hasta en la sopa

Por Antonio Casado

En vísperas del gran duelo electoral americano, los mercados apuestan por Hillary Clinton. 

Lo malo conocido frente a lo mucho peor e igualmente conocido. Así que si las bolsas se disparan y sube el dólar cinco minutos antes del gran martes de noviembre es porque los poderes reales de Estados Unidos están descontando la victoria de la ex secretaria de Estado de Obama, por mucho que las últimas encuestas cantasen una pequeña pero decisiva ventaja del republicano Donald Trump.

Queda abolida así la presunta ola de pánico que dichas encuestas habrían provocado en los mercados estos últimos días. El pánico se desató por el efecto desmovilizador que tales encuestas, muy favorables a Clinton, hasta en diez puntos, estaba produciendo en el electorado demócrata. Hacía falta que esos votantes le vieran las orejas al lobo y esa es la función que hicieron los sondeos más cercanos a la jornada de votación.

En otras palabras. Esos sondeos pegados a la jornada del martes, que otorgaban ventaja de Trump, estaban instrumentalizados. No eran creíbles los que atribuían al candidato populista más de los 270 votos electorales necesarios para reinar en la Casa Blanca. A los poderes fácticos les interesó ponerlos en circulación como una forma de motivar a los votantes demócratas.

Había que evitar a toda costa la ola abstencionista provocada por la sensación de que el triunfo de Hillary Clinton estaba fuera de toda duda. Por la misma razón que no se pone en duda el sentido común del pueblo norteamericano. Los brotes de xenofobia, racismo, machismo y tentaciones aislacionistas alimentados por Donald Trump están verificados, se explican en un contexto de malestar social y aversión a la clase política, muy similar a lo que vemos en la vieja Europa. Eso es cierto, pero no hasta el punto de impulsar el salto al poder de un autócrata apoyado por el ku-kus-klan, el partido nazi (Movimiento Nacional-Socialista de EE UU) por esa quinta parte de los votantes de Trump que quisieran reimplantar la esclavitud y por ese rockero americano, Ted Nugent, que sueña con "ver colgado a Obama", como ha declarado en numerosas ocasiones.

Son pulsiones de la sociedad americana absolutamente ajenas al sentir de la opinión pública europea, en general, y española en particular. No concebimos que se reparta propaganda electoral con un revolver en el cinturón, que un candidato estigmatice de antemano el resultado si gana el adversario, que amenace con encarcelar al otro si llega a presidente o, lo que es peor, que haya millones de ciudadanos que lo respalden.

Sin embargo, nuestro destino va a estar condicionado por lo que ocurra en estas elecciones. Eso explica que los grandes medios de comunicación de nuestro país practiquen el periodismo itinerante y hayan trasladado a EE UU el centro de gravedad de su trabajo. Elecciones americanas hasta en la sopa. Es lo que toca.


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USA, hasta en la sopa