• martes, 16 de abril de 2024
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Opinión / Periodista, de Ayoó. Independiente, pero no de mis ideas, mis amigos y mis estados de ánimo.

Socialistas a la greña

Por Antonio Casado

La comisión gestora del PSOE no hizo sangre con los siete diputados del PSC (Socialistas catalanes) que desobedecieron un mandato del Comité Federal a la hora de votar la investidura del ya presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. 

La intención de la dirección interina instalada en Ferraz es la de esperar el desenlace de la comisión mixta creada para resolver los recelos entre dos partidos "hermanos" que están a la greña.

Se trata de dos organizaciones distintas pero comprometidas por un protocolo de colaboración que data de 1978 y que, a juzgar por los hechos, no ha servido para mantener la unidad de criterio. Ni a escala nacional ni a escala autonómica. Así se constató en la reciente entrevista del primer secretario del PSC, Mikel Iceta, y el líder provisional del PSOE, Javier Fernández. Afrontaron los dos asuntos de la máxima actualidad. El de coyuntura (sanciones a los diputados insumisos, que al final no han sido) y el de estructura, que contempla la revisión del mencionado protocolo.

Los dos remiten a la misma y endémica cuestión de fondo: una flagrante asimetría en la teórica reciprocidad de deberes. O sea, que el PSC participa en los órganos del PSOE e influye en las decisiones, mientras que el PSOE ni interviene ni influye en las decisiones del PSC. Y una salvedad, puesta en evidencia en el debate sobre la posición de los diputados en la investidura de Rajoy: los miembros catalanes del comité federal influyeron votando, pero al resultar perdedora su posición, se negaron a acatar la tesis mayoritaria.

Y eso es lo que resulta escandaloso para muchos dirigentes socialistas que incluso han llegado a plantear la ruptura. Algo que no va a ocurrir porque ni la gestora ni la dirección del PSC desean que ocurra. Los principios ceden el paso al pragmatismo. El PSOE no puede permitirse el lujo de perder de golpe a 7 diputados ni ahondar en la profunda crisis que está atravesando, al margen de sus relaciones con el PSC.

Pero sí es verdad que desde que se formó el mal avenido matrimonio catalán entre socialismo y nacionalismo, en distintas ocasiones afloraron propuestas de históricos dirigentes como Alfonso Guerra, José Bono, y otros, respecto a la refundación de un PSOE catalán de estricta obediencia a la dirección y la línea política emanadas de los congresos federales.

Todo eso es lo que ha vuelto a ponerse sobre la mesa de la comisión creada para superar la crisis de relación entre los socialistas catalanes y los del resto de España, en base a la revisión, que no abolición, del famoso protocolo de 1978. Uno de los muchos problemas, aunque no el menor, de los que hoy por hoy agobian a un PSOE que vive una dramática encrucijada tratando de encontrar su camino para salir de la postración política en la que ha quedado tras la espantada de Pedro Sánchez.


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