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Opinión / Desde Baluarte

Pitingo y sus fronteras

Por Ana Ramírez García-Mina

Crítica del concierto ofrecido el sábado 29 de agosto en el auditorio de Baluarte por Pitingo, dentro del ciclo de conciertos de Flamenco on Fire.

GRAFCAV8366. PAMPLONA, 29/08/2020.-  El cantante de flamenco y soul latino, Antonio Manuel Álvarez Vélez, conocido artísticamente como Pitingo, durante el concierto este sábado en el Baluarte de Pamplona dentro del ciclo "Flamenco en los balcones" del Festival Flamenco on Fire.  EFE/Jesús Diges
El cantante de flamenco y soul latino, Antonio Manuel Álvarez Vélez, conocido artísticamente como Pitingo, durante el concierto en el Baluarte de Pamplona. EFE/Jesús Diges

Las fronteras suelen ser lugares conflictivos. Las físicas y las figuradas. Allí se libran batallas delimitadas por una línea. Y también se dan las mejores mezclas, una amalgama de costumbres y tradiciones donde esa línea ya no importa. La convivencia es a menudo más poderosa que el conflicto y puede dinamitar cualquier aduana cultural si se le da el tiempo suficiente. Algo así viene a demostrar Antonio Manuel Álvarez Vélez, Pitingo, en su último trabajo: Mestizo y fronterizo (2018).

La noche del sábado en el Auditorio Baluarte fue la primera vez de Pitingo en el Flamenco on Fire. Puede que sea el artista más versátil de esta séptima edición. El creador de la soulería (la unión del soul y la bulería) presentó en Pamplona su álbum. Como explicó él mismo, el título se refiere a su propia identidad. Mestizo porque es de madre gitana y padre no gitano, y fronterizo porque nació en Ayamonte, la localidad onubense que marca la frontera con Portugal.

Pitingo ofreció casi dos horas y media de directo enérgico, aunque reconoció que perdió el aliento por estar “desentrenado” tras tantos meses sin actuar. Un concierto quizá dilatado por los monólogos que intercalaba entre los temas. A Pitingo le gusta el escenario, se siente cómodo en él y su público adora la espontaneidad con la que conduce su espectáculo.

Llegó a Baluarte arropado por un cuatro coristas de gospel a la derecha, cuatro cantaores a la izquierda, dos percusionistas, un trompetista, un bajista, dos guitarristas y un teclista. Una escena concurrida e imponente desde el primer tema, Fuera cadenas, que es también el primero de Mestizo y fronterizo. Sin duda, la banda funcionó por sí misma. Las voces que acompañaron al cantante ayamontino tuvieron su propio protagonismo por su calidad. El coro de gospel arrancó el concierto demostrando el empaste perfecto de sus voces, las armonías meticulosamente afinadas para aportar el sonido soul que tanto admira Pitingo.

El otro ingrediente de su fórmula, la bulería, lo aportaron desde el otro lado del escenario con palmas y jaleos. A Pitingo hay que reconocerle que su mezcla funciona, que lleva consigo un grupo de grandes músicos y que el resultado sobre el escenario puede absorber a cualquiera durante dos horas –o más–. Pero no dejaba de resonar una máxima, “menos es más”, cuando el cantante abandonó sus poses y carreras sobre el escenario para interpretar Cucurrucucú paloma.

“Esta es una de las canciones más difíciles que he cantado”, dijo antes de comenzar. Pitingo se quedó solo con Jesús Núñez, el gran guitarrista flamenco que lo acompaña desde siempre. Es cierto que la dificultad de regular la respiración hace que esta canción mexicana revele a un buen vocalista desde el primer acorde. Pitingo sin duda lo es, aunque dé la impresión de que se esconde entre los focos y el espectáculo. En Cucurrucuú no hubo donde esconderse y, paradójicamente, fue el momento en el que Pitingo brilló como músico con el abrazo de la guitarra. Y nada más.

Las frases largas pero contenidas –que en algún momento lo dejaron sin aliento–, los reguladores, los característicos floreos y requiebros de Pitingo. Esas fueron las pruebas de su dominio y técnica vocal. Se asomaron de nuevo en el resto del concierto, en su aclamada versión del Killing Me Softly y en Imagine. En esta última, la bailaora Olga Llorente salió al escenario vestida de mantón para acompañar con su taconeo al cantante, en otro de los momentos más brillantes de la noche.

Pitingo es un artista con muchos detractores, por lo conflictivo de la fusión y las fronteras. Ha versionado los clásicos del disco, del soul y el pop para adaptarlos al flamenco fusión (“siempre con el permiso del artista o de la familia”, aclaró en Baluarte). En algún momento, el cantante se perdió en su virtuosismo y se le enredó la voz en adornos efectistas. Es el precio que tiene que pagar la música por un el espectáculo. En los instantes de intimidad y recogimiento, afloró un Pitingo que también arrancó ovaciones. Pero, esta vez, solo con su voz. Y eso es algo que pocos cantantes pueden permitirse.

Sábado 29 de agosto del 2020, 21.30 horas. Concierto enmarcado en la séptima edición del Flamenco on Fire. Pitingo presenta su trabajo 'Mestizo y fronterizo'. Elenco: Jesús Núñez (guitarra flamenca), Mariano Heredia, Iván Campión, Dani Bermúdez (palmas y cante), Alexis Hernández (teclado), Gospel Factory (coristas de gospel), Jorge Iván (bajo), David Brull (batería).


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