• sábado, 20 de abril de 2024
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Opinión /

Jabugo y mortadela

Por Ana Beltrán

¡Cuánto tenemos que aguantar en Navarra desde que gobierna el cuatripartito! La opresión, hasta conseguir la asfixia, que ejercen sobre todo aquello que no sea de su inclinación política ha llegado al punto del totalitarismo.

Una prueba de ello, evidente, son todas las actuaciones contra la principal empresa de Navarra, la Universidad de Navarra, que tiene el mayor número de empleados en nuestra Comunidad y que da, y nos ha  dado durante tantos años un enorme prestigio. Nos ha puesto en el mapa de España como líderes en formación, conocimiento e investigación, con la Clínica y el CIMA como principales referentes en estos ámbitos.

Pero para nuestro sectario gobierno eso no tiene valor, al revés, es mucho más importante acabar con ella.

Lo acabamos de ver con la modificación del sistema de concesión de becas, un caso más para ahogar el futuro de la prestigiosa Universidad de Navarra. Desde que Podemos, socio del cuatripartito, llegó a las instituciones han sido numerosas las críticas hacia ella, sin ambages ni medias tintas. La han tachado de lobby, de universidad de ricos, y otras lindezas del estilo, dejando claro su interés en fulminarla.

El ejemplo más reciente lo tenemos en las palabras del señor Couso, parlamentario de Podemos, afirmando que estudiar en la UNAV  es comer jabugo y hacerlo en la UPNA, mortadela. Es una aberración propia del odio y la venganza que tanto practica este partido, pero además, es un desprestigio innecesario hacia la Universidad Pública de Navarra.

Son adalides de la imposición, y por eso nada les importa la libertad de los alumnos para elegir el centro universitario en el que quieren estudiar, considerando que tendrán mejores conocimientos o mayor prestigio en su curriculum, o cualquier otro que sea el motivo porque el que deciden estudiar en una u otra universidad.

Por eso me parece magnífica la idea de la recogida de firmas para impedir que se modifique el sistema de becas, que prima a los que estudian en la UPNA frente a los que estudian en la UN, independientemente de su nivel económico o su capacidad, sólo por haber decidido estudiar en un centro público. Más movimientos y manifestaciones de la sociedad civil navarra debería haber ante tanto fundamentalismo y totalitarismo en las decisiones del Gobierno de Navarra, decisiones que nos afectan a todos.

Si no salimos a la calle a protestar, como siempre han hecho ellos, da la sensación de que estamos adormecidos, y de que no nos importa que nos aplasten con sus imposiciones. Somos mayoría los que no pensamos como ellos, y debemos dejarlo claro. 


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Jabugo y mortadela