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Blog / Cartas al director

Sobre la Movilidad Urbana de Pamplona y el muy alto riesgo

Por La voz de los lectores

Carta enviada por el lector Joquín Uriz.

Una persona andando en bicicleta por la calle ARCHIVO
Una persona andando en bicicleta por la calle ARCHIVO

Mi mujer y yo somos usuarios de transporte público y usamos la bicicleta como medio de transporte sostenible, vivimos en Zizur Mayor y quiero relatar lo que sentimos cuando utilizamos este medio.

No hay carril bici, desde que salimos de casa nos jugamos el físico por la avenida de Arostegui, donde la limitación de velocidad es de 50 km/h. Esta limitación es, como poco, testimonial, ya que casi ningún vehículo la respeta y te arman un escándalo con el claxon y acosándonos sin respetar la distancia.

Visto que por la avenida te devoran, decidimos pasar por la gasolinera. En este punto hay un rebaje chapucero, justo al lado de una señal stop, y hay que pasar rozándola a unos pocos centímetros (para partirte la cara con la misma) por una estrecha acera hasta un paso de peatones, el cual tiene poca visibilidad y es peligroso como el que más. El escaso tiempo de paso en verde queda en intermitente naranja para vehículos, que salen disparados y se te echan encima.

Si pasa algo, aunque sea espero que la cámara de vigilancia de tráfico que hay en ese punto funcione.

Seguimos por una peligrosa y resbaladiza acera ciclable (como esté mojada no intentes ir en bici), en la que suele haber restos de aceite y combustible de la gasolinera que te obliga a hacer malabares.

Para acceder al único tramo de carril bici que hay desde Zizur, es en la cuesta del hospital de la avenida Arostegui. Al acabar la subida, este carril se termina y hay que llegar hasta el paso de cebra de Clínica Universidad de Navarra, no sin sortear peatones y paradas de autobús por la acera, que se supone ciclable.

¡Bravo! Todavía estoy entero, espero semáforo y, en el paso cebra y bici, donde te cruzas con medio Pamplona.

¿Y ahora? Acera o avenida Navarra, donde la velocidad parece la norma, siempre por muy encima de los 50 km/h.  Decido acera hasta llegar al carril bici, que llega hasta la Vaguada de San Juan, un poco más de acera y llego a mi trabajo.

La vuelta es una repetición del riesgo y aventura.

Por ello, sugiero que sería más razonable antes de llenaros la boca con Normativas de Movilidad que se preparase una estructura de vías y carriles bici seguras.

Invito a quienes hacen estas normas se paseen con bicicleta antes de redactarlas y, de esa manera, habrá menos meteduras de pata como ha ocurrido en Pío Xll.

Este mismo escrito se ha enviado al área de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Pamplona el pasado día 11 de agosto de 2019. No ha habido contestación.

Lo que va a continuación parece premonitorio. Hace unos días, el pasado 19 de septiembre, a las 9.10 de la mañana, como todos los días laborables y con buen tiempo, acudimos a nuestros trabajos en bicicleta.

Yo activé el paso semafórico manual en la avenida Arostegui nª2 para cruzar y, con el pié a tierra estando en verde para nosotros y vehículos parados, mi mujer accede en la calzada y de la nada aparece un vehículo rápido que la arrolla.

La conductora era una anciana menuda y con gafas y le ocasionó lesiones traumáticas, estando protegida con casco y luces. Bien visible según el atestado de la Policía Municipal.

No la mató gracias al casco.

Ahora, con la Normativa, tenemos que ir por la calzada, por el carril derecho y el centro. Me voy a tener que hacer un seguro de vida para dejar a mis hijos ricos, porque no pienso dejar de andar en bicicleta por convencimiento medioambiental y salud del planeta.

Carta enviada por el lector Joquín Uriz.

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