• jueves, 28 de marzo de 2024
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Blog / La Claqueta

“Logan” nos recuerda por qué nos empezaron a gustar las películas de superhéroes

Por Santi Irurtia

Se trata de la última película de Hugh Jackman como el mítico Lobezno, 17 años después del estreno de “X-Men”.

Logan.
Logan.

A finales de los 90, Bryan Singer, el director de Sospechosos Habituales llevaba a la pantalla uno de los comics más famosos, Los X-Men. El primer candidato para el papel protagonista de Lobezno fue Russell Crowe (Gladiator) pero este rechazó la oferta y les sugirió un actor desconocido llamado Hugh Jackman, que había participado en musicales y diferentes obras teatrales. Ahora, después de tantos años ya no podemos imaginarnos a esta “especie de Harry el sucio con garras” sin el actor australiano. 

Lo hemos podido ver llevando las garras en varias secuelas y  en películas en solitario (que no tuvieron muy buenas críticas), pero según dicen esta será su última aparición.

Las dos primeras partes de la saga, X-Men y X-Men 2 se diferenciaban de lo que conocemos como películas de superhéroes porque en vez presentarnos personas con poderes a las que la gente admiraba, nos mostraba unas personas calificadas de mutantes (connotación negativa), individuos especiales rechazados por  la sociedad.

 Y me alegro de poder decir que “Logan”, sin ser perfecta, se caracteriza por ser muy diferente al resto de títulos del género. Posee una estética muy particular, casi crepuscular. No es casualidad que Hugh Jackman mencionara hace poco que westerns como Sin Perdón o Shane/Raices Profundas fueran una gran influencia.

Necesito verla otra vez, pero lo que sí os puedo asegurar es que los primeros 40 minutos y los últimos 20 son increíbles, increíbles y a la vez muy dolorosos para cualquier fan de la saga. Ves a estas personas que una vez fueron héroes, totalmente rotas por el paso del tiempo. Al borde del asiento, agarrado al reposabrazos, como queráis ponerlo, pero así estaba medio cine en esos momentos.
Lamentablemente, aspectos como el villano de la película o el ritmo en el segundo acto son los obstáculos que me impiden decir que si va a verla alguien ajeno a este universo la amará. Hay algunas sub-tramas o personajes que no son necesarios. Otro aspecto es el gore o la sangre que vemos en la cinta (+18 años), especialmente  el tercer acto parece una carnicería. 

Me alegro de que se haya cerrado la historia de este icónico personaje de una forma correcta, el niño que hay en mí y que vio X-Men hace 14 años está satisfecho. 

PS: Logan ya está en cines y el tráiler con la música de Johnny Cash es obligatorio.

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“Logan” nos recuerda por qué nos empezaron a gustar las películas de superhéroes