El exceso de 'Puñales por la espalda 2'

'Glass Onion' o 'Cebolla de cristal' es la secuela de 'Puñales por la espalda' (2019). Ese año previo a la pandemia hubo muchas sorpresas en la taquilla, pero quizás la película protagonizada por Daniel Craig fue el taquillazo más discreto. Bajo un coste producción de 40 M tuvo una recaudación de 313 M. Fue un exitazo para la productora Lionsgate y Netflix compró los derechos para hacer secuelas por algo más de 300 M. Esta saga parece funcionar como las novelas de Agatha Christie pero con Daniel Craig como detective.

Así, Rihan Johnson, guionista y director, obtenía un triunfo tras ser machacado por muchos fans de 'Star Wars' por su original entrega dentro del universo de la guerra de las galaxias 'Star Wars: Los últimos jedi' (2018). Johnson es un gran director que ha realizado algunos de los mejores episodios de 'Breaking bad', la futurista 'Looper' (2012) y una historia de detectives de instituto llamada 'Brick' (2005).

Sinopsis: Cuando el multimillonario Miles Bron (Edward Norton) invita a algunos de sus allegados a una escapada a su isla griega privada, pronto queda claro que no todo es perfecto en el paraíso. Y cuando alguien aparece muerto, ¿quién mejor que Benoit Blanc para desentrañar todas las capas del misterio?

El 23 de diciembre Netflix estrena en la plataforma la secuela y con vía abierta para más secuelas. La cinta ha tenido una estrategia de exhibición inédita. Estuvo una semana en cines en noviembre y ha tenido un embargo en la plataforma de más de un mes. Esta forma de estrenar ha resultado un éxito en la urgencia que ha trasmitido al público para verla en los cines. ¿Y qué tal es? Frente a las críticas que decían que era el guion más estimulante del año me ha resultado anticlimática.

Lo más increíble de la primera parte es el ingenio de Johnson para reinventar el subgénero de descubrir quién es el asesino a partir de un grupo de sospechosos: “Hitchcok decía que no le gustaban ese tipo de películas. Decía que era tramposo porque la tensión residía en una información muy concreta. Y pensé: ‘Y si utilizo la carrocería de una película de misterio pero con el motor de una película de Hitchcok‘”, aseguraba Johnson. Así, en 'Puñales por la espalda' (2019) a mitad de metraje, la película ya no se trataba de descubrir quién es el asesino sino de si Ana de Armas se va a librar.

Johnson vuelve a conseguir semejante proeza, pero la emoción de esta entrega esta más desenfocada. Hay exceso de información que acaba resultando irrelevante y nunca sientes que haya nadie en peligro. Además, hay un despliegue de producción que distrae. Este exceso de producción encaja tan poco en este zapato como su metraje. Dos horas y veinte minutos resulta una burla innecesaria.

Por último, una pega que no ha sido definitiva para mi opinión sobre la película pero que me saca de la película constantemente, la cantidad de política. Aunque ya lo era la primera parte, había una sutileza que indicaba el talento de Johnson, en esta no hay contención. Es verdad que esto forma parte del encanto de la cinta de 2019: “Dos claves para reinventar este género es hacerla lo más actual posible y que el protagonista no sea el detective”. Sin embargo, hay demasiados guiños obvios.

Fui ilusionado al cine y con ganas de escuchar que Netflix financiase más entregas de esta saga. Al fin y al cabo, tiene el mérito de no estar basado en ningún material preexistente, ni cómics ni novelas. Sin embargo, ahora prefiero que Johnson vuelva a trabajar en el género de la ciencia ficción y lleve a cabo la trilogía dentro del universo Star Wars que se anunció hace años.