• viernes, 29 de marzo de 2024
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Blog / La cometa de Miel

Los belenes de mi infancia en Pamplona

Por Pablo Sabalza

Un abuelo es una persona con plata en el pelo y oro en el corazón.

Belén colocado en El Corte Inglés de Las Palmas.
Belén colocado en El Corte Inglés de Las Palmas.

A principios de diciembre acudía de la mano de mis abuelos a disfrutar de los belenes que implantaba la Asociación de Belenistas de Pamplona en el sótano de la parroquia de Cristo Rey. Los abuelos son eternos, ¿verdad?

Divididos en veinte dioramas admiraba distintas figuras y escenarios que conformaban el misterio.

-¡Mira, abuela, mira cómo corre el agua del río!

Un mes antes rogaba a mis padres que me dejasen montar el belén en casa. Me fascinaba crear en una mesa un precioso lugar repleto de figuras en forma de reyes, pastores, lavanderas o con ovejitas paciendo un musgo que alfombraba mi escenario y le daba un precioso color.

A veces, cuando creía que no me veía nadie, hablaba con las miniaturas de los reyes magos, concretamente con Melchor, y le pedía que no se olvidase de mis regalos…también le susurraba que se bebiesen toda la leche que les dejábamos, pues el camino de regreso era largo y debían coger fuerzas.

Y de repente me hice mayor y el belén que hoy orquesto en mi casa con cada representación, cada ovejita, cada angelito, cada estrella, me traslada por entero a mi niñez.

El pasado mes de agosto me desplacé junto a un buen amigo a una pequeña calle del centro histórico de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con el fin de conocer el trabajo que realizaba la Asociación de Belenistas Canarios, Lo Divino.

Desde el primer momento advertimos los numerosos detalles que conformaban cada uno de los módulos trabajados bien en forma de riscos o de reconocidos edificios.

Hoy luce en El Corte Inglés de Mesa y López un Nacimiento de 14 metros que acoge 50 metros cuadrados y que lleva por nombre, Entre Riscos y Palmeras.

Un belén costumbrista ambientado en el siglo XIX y cargado de tantos detalles que conforme más se mira, más se admira.

Sesenta figuras posan en este paisaje isleño en el que advertimos ganaderos ordeñando vacas o la descamisada de la piña (retirar las hojas a la mazorca del maíz).

La emigración canaria, tomateros, salinas, centros loceros, barrancos, hojalateros, así como distinta flora en forma de palmeras, plataneras, flores de mundo y buganvillas en un entorno de casas canarias, hornos y molinos de gofio y agua…

Les contaré algo.

El día que inauguramos este precioso belén volví a bajar aquella cuesta de la parroquia de Cristo Rey cogido de la mano de mis abuelos; y regresé a los años ochenta de mi añorada Pamplona y Sangüesa para jugar colocando el misterio en casa de mis padres; y volví a recordar que la infancia está en el corazón y que por siempre, por muy lejos que te encuentres de los tuyos, habitará en cada uno de nosotros.

Dedicado a mis abuelos.

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Los belenes de mi infancia en Pamplona