• martes, 16 de abril de 2024
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Blog / La cometa de Miel

Romancero de la Finca 'Madresanta'

Por Pablo Sabalza

Lectura de poesía junto a te.
Lectura de poesía junto a te.

Ha brotado de mí un verso

al escuchar la guitarra

y ver la voz andaluza

que desprende una gitana.

Y así arribó a mi mente

como estrella inesperada

la historia que me contase

la Dulcinea de mi alma.

“…que llegaron tres compares

a la finca ‘Madresanta’

confundidos por la noche…

por la noche y por las palmas.

Pues era joven la luna

en aquella noche aciaga

mezcla de ron y aguardiente

y licores de manzana.

De ellos, uno era el viejo,

quien portaba la guitarra;

los otros dos, tan jóvenes…

y no eran sus voces malas.

Los licores de su sangre

quisieron saltar la valla

donde esperaba la noche

en silencio con dos astas.

Los tres compares atraen

a la improvisada plaza

a una mancha grande y negra.

Fue su dicha la llamada.

Pues no tuvo otra ocurrencia

el del acné aún en la cara

de citar la noche negra

con un pañuelo de gasa.

Fue a las diez y treinta y siete.

Tejía la luna un arpa

que con los dedos el viento

convertía en serenata.

Alzó su duda la bestia

con su furia y con sus patas

arremetiendo con tino:

Pañuelo, cuerpo y estampa.

¡Ay, que ya muere de frío

el más joven de la gala!

Si ya lo dijo el poeta:

‘Polvo somos al ser nada’.

Los robles que están presentes

cubren sus rostros con ramas.

Los búhos y las lechuzas

cierran los ojos y callan.

El otro joven, -el flaco-,

quiso evitar la batalla

pero los cañones trotan

con dos puntas en sus balas.

Su rostro se le asemeja

a aquél que Munch retratara.

Es su grito silencioso

mas resuena en sus entrañas.

Ni azucenas ni jazmines;

ni tomillos ni lavandas;

suplen el olor gestado

que deja al paso la parca.

Se ha roto porque se ha roto

el embrujo y la magia

que trajesen los compares

con su voz y su guitarra.

Muere de miedo y muere

antes de cruzar la valla

el de las canas níveas

y la cara sonrojada.

El ‘Requiem’ de Mozart luce

en la finca ‘Madresanta’.

Vestido de plañidera

se retuerce el pentagrama.

Se tumbó a soñar la noche.

Los arpones ya descansan

mientras las moscas vigilan

los yertos cuerpos sin alma.

Tiempo sin aire camina

bajo la luna enlutada.

Ya se dibuja en los albores

el lienzo de la mañana.

Tres estrellas sobre el cielo,

-joven, flaca y sonrojada-,

toreó la noche negra

en la finca ‘Madresanta’.”

Son las diez y treinta y siete

y ya acaba la gitana

y con ella el recuerdo

que me evocase a mi amada.

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Romancero de la Finca 'Madresanta'