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Blog / La cometa de Miel

Tormes, capital de España

Por Pablo Sabalza

Yo no te puedo dar oro ni plata, mas consejos para vivir son muchos los que te daré. (Lazarillo de Tormes).

Figura homenaje del Lazarillo de Tormes
Figura homenaje del Lazarillo de Tormes.

Les voy a contar un suceso ocurrido en Dinamarca.

Durante el estado de alarma que ha tenido lugar en el país del escritor Hans Christian Andersen se ha considerado que la entrada al metro en las ciudades que dispongan de él permita el acceso gratuito al mismo a todos aquellos ciudadanos que no gocen de recursos económicos suficientes con el fin de facilitarles el desplazamiento de un lugar a otro en su población.

Para que se me entienda.

Imaginen cuatro puertas de acceso al metro. Tres son de uso normal y la cuarta es gratuita para aquellas personas sin recursos.

Un periodista que ejercía su trabajo en el metro fue preguntando a los distintos transeúntes daneses diversas cuestiones apuntando la misma a todos ellos.

-¿No va usted por la puerta gratuita?

La respuesta de los interrogados coincidía.

-No. Esa puerta es, exclusivamente, para aquellos sin recursos.

A mi memoria arribó el otro día una novela española que la mayoría de ustedes ha leído y que lleva por nombre ‘El lazarillo de Tormes’. La edición más antigua conocida data del año 1554. Se trata de una obra anónima que advierte un esbozo irónico de la sociedad del momento y de su subsistencia.

Obra precursora de la denominada novela picaresca.

Yo sé, porque lo sé, que ustedes ya saben a dónde quiero llegar.

Pero permítanme que me recree.

Hace 466 años que salió publicada (que se sepa) la obra del Lazarillo de Tormes y sepa usted que al estar escrita en primera persona intuyo que el autor (¿Diego Hurtado de Mendoza?) entre que la escribió, la medio corrigió, buscó quién se la editase, la escondió de los religiosos, ya que los ponía bonitos, así como mil y una aventuras que tendría el pobre hombre en aquellos tiempos de Dios y de la Inquisición nos plantamos en, por lo menos, tres o cuatro años más.

En definitiva, hace 470 años que un autor agarró papel, pluma y un tintero y escribió esta historia.

Una historia que a día de hoy es actual, ya que de todos es sabido que la picaresca española forma parte de nuestro ADN.

Vamos, que pasa de unos a otros de generación en generación y, por tal razón, de casta le viene al galgo.

Y al final, lo que se suele decir, leemos La Celestina de Fernando de Rojas o el mismo Lazarillo, admiramos un cuadro de Velázquez, recitas unos versos de Lope de Vega ( “Burla burlando van los tres delante”) y un soneto de Quevedo (“Miré los muros de la patria mía”) y gritas con una sonrisa:

-¡Viva la picaresca española!

Lo que quiero decirles es que aún no hemos madurado.

Nuestra sociedad no es la sociedad noruega, ni la finlandesa, sueca ni danesa.

Si en España pones una puerta gratis en el metro para la gente sin recursos sonarían por ese acceso perlas, joyas y monedas y se poblarían de telarañas las tres puertas de acceso habitual.

Porque, para lo bueno y para lo malo, Spain is different.

Y su capital no es Madrid. ¡Qué más quisiéramos!

Su capital, mis queridos lectores, es Tormes.

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Tormes, capital de España