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Blog / La cometa de Miel

La filosofía del rinoceronte extinguido

Por Pablo Sabalza

Me encantaban las clases de filosofía.

Un rinoceronte en Sudán
Sudán, el último rinoceronte blanco macho del mundo.

Recuerdo a mi viejo profesor con pelo cano y corto, barba blanca, voz suave, sin alteraciones, y algo desdeñado en su indumentaria.

Disfrutaba  aprendiendo los razonamientos que cada uno de los grandes pensadores, desde los estoicos a los contemporáneos, abarcaban en sus diferentes obras.

La felicidad, la prudencia, la verdad, el bien y el mal, la percepción…

Una de mis lecciones preferidas era la lógica y, por ende, los silogismos.

El otro día, sin ir más lejos, recordé a mi viejo profesor a raíz de una noticia que leí en los medios.

Medía  1.82 m., pesaba  2.267 kg y se llamaba Sudán.

Era el último rinoceronte blanco macho del mundo. Tenía 45 años -lo que viene a ser 93 años del ser humano- y vivía en la reserva Ol Pejet, en Kenia.

Nació en 1973 en Shambe, Sudán del Sur, en una época en la que quedaban unos 700 ejemplares de su especie. Evitó su muerte al ser trasladado junto a otros seis ejemplares al zoológico de Dvur Kralove de la entonces Checoslovaquia. Allí logró reproducirse y engendró dos hembras, Nabire, que murió en 2015 en el zoo checo, y Najin, con la que vivía en Kenia.

Su muerte deja solo dos rinocerontes hembras de su subespecie en el mundo: su hija y su nieta, Najin y Fatu.

“El esperma de Sudán fue recogido horas antes de su muerte con la esperanza de que en el futuro pueda nacer a partir de su material genético un bebé de esta subespecie, que en 2008 fue declarada extinta en el medio salvaje.”

Desde hace varios años hasta la fecha son innumerables los animales extintos como el Sapo dorado; la Musaraña de la isla de Navidad; el Tigre de Java y el Tigre persa; la gran Mariposa blanca de Madeira; la Marmosa grácil de vientre rojo; la Foca monje del caribe…

…y la Gacela de la reina de Sheba; el León marino japonés; el Pato de cabeza rosada; el León de Atlas; la Avestruz arábiga; el Tigre de Tasmania…

Son muchos, muchísimos, los animales que ya no existen.

Pero aún son más los que están en peligro de extinción y si no me creen, lean, lean…

Leopardo de nieve; Pez Napoleón; Gorila de montaña; Camello bactriano; Oso polar; Pingüino y León marino de Galápagos; Ballenas de aletas; Rinoceronte de Java; Oso panda; Tortuga Baula…

Unos, por el cambio climático y otros, la mayoría, por la caza furtiva y la destrucción de su hábitat nos llevan a esta preocupante situación.

La primatóloga, etóloga, antropóloga y mensajera de la paz de la ONU inglesa, Jane Goodall manifestó en su día: ‘Hoy día somos nosotros, los seres humanos, los culpables de que haya cada vez más especies en peligro de extinción’.

De hecho, Stephen Hawking, reconocido científico tristemente desaparecido hace unos días advirtió que con el cambio climático, las epidemias y  la inteligencia artificial la situación de nuestro planeta es cada vez más precaria.

No sé. Todo esto me hace pensar.

Regreso a mi clase de filosofía. En mi recuerdo aparece mi viejo profesor. Un buen hombre. Me acerco a Aristóteles a través de todo lo leído durante estos días.

Pienso un silogismo…

El ser humano desciende del animal.

El ser humano extingue al animal.

El ser humano se extingue a sí mismo.

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La filosofía del rinoceronte extinguido