• viernes, 19 de abril de 2024
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Blog / Aún aprendo

June Crespo. Ser dos

Por Miguel López-Remiro

Comienzo el año recorriendo la exposición de la artista navarra June Crespo (Pamplona, 1982).

June Crespo. Ser dos 2017. Cemento, resina, textil, acero.
June Crespo. Ser dos 2017. Cemento, resina, textil, acero.

Ser dos” es el título de su muestra en la galería Carreras Múgica de Bilbao, uno de los espacios de arte más interesantes del panorama galerístico español. Esta galería, que entre su cuadra de artistas cuenta con lo más importante del arte vasco contemporáneo, desde Ángel Bados a Asier Mendizabal, y que también trabaja con tótems internacionales como Richard Serra, está situada en la calle Heros de Bilbao, a poca distancia del Museo Guggenheim, para mi es como una una extensión del programa del museo, y en la que siempre se puede ver un programa excepcional.

Crespo expone por segunda vez en esta galería, aunque es la primera en la que ocupa la nave central, lugar reservado para los proyectos de artistas que cuentan con una carrera madura y en la que se instalan proyectos concebidos de una manera curatorial al modo de kunsthalle o museo.  Conocí a esta artista hace ya unos años en el primer programa curatorial del proyecto para el Museo en la Universidad de Navarra, que en aquel momento todavía no contaba con edificio.

Bajó el título de Quarter System, tres artistas, muy diferentes, participaron de una acción que suponía meterse dentro de las entrañas del sistema de investigación universitario, debatir y proponer una obra. Junto a Crespo participaron Lorea Alfaro, también de Navarra, y el artista portugués Pedro Neves. Lorea Alfaro abordó una intervención que supuso llenar de palabras-sentencia el interior del puente de Esquíroz como obra permanente usando la letra y la frase como objeto escultórico que sorprende al paseante; Pedro Neves realizó una película de ciencia ficción que partía de su día a día universitario.

June Crespo decidió entrar en dos laboratorios, de materiales y de minerales, para proponer una idea de escultura que se expuso en una aula de la escuela de arquitectura. En su obra el hormigón apareció como material principal y se señaló como un elemento clave para la obra de Crespo. Aquella propuesta de Crespo, acompañada de la argumentación que ofreció la artista a modo de master class, dejaron ver el potencial de una artista que ya marca un momento en la historia del arte y en concreto en el rico debate existente la nueva escultura vasca.

Su entrada investigadora en las posibilidades del hormigón dejó ver una fuerza estética para construir con sensibilidad desde materiales diversos con una capacidad excepcional de visualización espacial, proponiendo una escultura que se presenta fuera de cualquier tipo de pedestal y que siempre descansa en suelo o se sujeta a elementos arquitectónicos, casi camuflada entre nuestras posibilidades perceptivas.

En esta exposición en Bilbao, Crespo nos presenta obra reciente que surge casi en su totalidad de su estancia entre 2015 y 2017 en la prestigiosa institución De Ateliers en Holanda. Vemos piezas realizadas en hormigón que se mezclan de una manera delicada con materiales reciclados, desde hierro, a plástico, a tela o a vidrio, conviviendo con la arquitectura de la galería de una forma sutil y bella.

Muchos otros artistas utilizan materiales como el hormigón, es un elemento pos moderno escultórico de primer orden, pero en Crespo se detecta una capacidad narrativa nueva y pienso que excepcional.  Tras visitar la exposición, acudo al Museo Guggenheim para ver la muestra recientemente inaugurada que versa sobre Arte y Espacio, con grandes artistas como Richard Long, Olafur Eliason o Damián Ortega, y me reimagino la muestra de June Crespo en Carreras Múgica como una sala más de esta exposición Museo.

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June Crespo. Ser dos