• viernes, 29 de marzo de 2024
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Blog / Marea de libros

Un poder perturbador

Por Leire Escalada

Sara Mesa explora en 'Un amor' los mecanismos del lenguaje y las relaciones de poder y violencia de una pequeña comunidad.

La nueva novela de Sara Mesa se ambienta en una pedanía rural a la que llega su protagonista tras abandonar la ciudad..
La nueva novela de Sara Mesa se ambienta en una pedanía rural a la que llega su protagonista tras abandonar la ciudad. ARCHIVO

Asfixiante e hipnótica. Así es la comunidad que retrata Sara Mesa (Madrid, 1976) en su nueva novela, Un amor, publicada por Anagrama. Su protagonista es Nat, una joven que acaba de mudarse a la aislada pedanía rural de La Escapa, adonde llega tras dejar su trabajo en la ciudad. Allí alquila una vivienda cochambrosa y adopta al perro que le ofrece su casero, un hombre desagradable, violento y hostil. Su llegada en nada parece variar el ritmo del pueblo, en el que solo viven un puñado de vecinos que coinciden en la única tienda de ultramarinos.

Sin embargo, las relaciones que van tejiéndose revelan oscuras relaciones de poder y fallas de comunicación: “¿Quién maneja ahora los hilos de su sufrimiento? ¿Quién ha decidido que algo así – el pasado de un hombre al que apenas conoce – deba dolerle tanto, por encima de sus propias convicciones e ideas?”.

AMBIGÜEDADES

Mesa construye así una atmósfera perturbadora y magnética en la que explora con audacia los mecanismos del lenguaje y la violencia soterrada en las palabras y los silencios. “Pero si el silencio es la ausencia de palabras, ¿cómo puede existir un silencio en particular? ¿No deberían ser iguales todos los silencios, como es igual siempre el color blanco? Es obvio entonces que lo que distingue a los silencios es todo aquello que los rodea, empezando por las causas”, reflexiona Nat a través de un narrador que acerca sus pensamientos.

La situaciones que generan interpretaciones múltiples son una constante en esta novela que enfrenta a los personajes con sus prejuicios y desconfianzas, envueltos en una suerte de misterio. Un amor es decididamente ambigua y en esa ambigüedad reside buena parte de su riqueza, unida a un excelente pulso narrativo, especialmente a partir de la segunda parte del libro. En ese quiebro las cartas ya están repartidas y comienza a ahondarse en el comportamiento de los personajes, en la obsesión que nace en Nat. Ella, como un entomólogo, disecciona cada gesto y cada palabra, las dichas y las que no, alimentando su vulnerabilidad.

Su propia llegada genera reservas en la comunidad, como si nada bueno pudiese albergar una mujer que aterriza sola en un pueblo perdido para enfrascarse en una traducción literaria. La misoginia se evidencia, sobre todo, en el personaje del casero, que con sus actos y acciones no deja de cuestionar y atormentar a la joven. Las escenas que comparten son tan profundamente realistas que duelen. Sobre todo por ciertas complicidades de la comunidad. Hay una soledad honda en su desasosiego, su rabia y su miedo paralizante. Y esa tensión que serpentea sus días se traslada al ambiente, a los silencios incómodos, a una casa vieja con una terrible pintada. Una historia implacable.

Un amor. Sara Mesa. Anagrama. 192 páginas. 17,9 euros.

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