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Blog / Cartas al director

¿Quién defiende a quien nos protege?

Por La voz de los lectores

Carta remitida por la Asociación Profesional de la Guardia Civil Justicia Guardia Civil (JUCIL).

El Ospa Eguna de Alsasua en contra de la Guardia Civil. NAVARRACOM
El Ospa Eguna de Alsasua en contra de la Guardia Civil. NAVARRACOM

Una vez más abandonados a nuestra suerte. Así nos sentimos los guardias civiles viendo como nuestros compañeros son perseguidos, acosados y amenazados, junto a sus familias, en Cataluña. Y también estamos indignados por la dejadez, la desidia y la ausencia total de apoyo por parte de las Instituciones del Estado.

Desgraciadamente esta situación no es nueva para muchos guardias civiles. Basta recordar las recientes celebraciones del “día del inútil” en Echarri Aralar y el “Ospa Eguna” en Alsasua, cuya única finalidad es dar carta de naturaleza al desprecio y persecución que soportan diariamente los compañeros destinados en el País Vasco y Navarra y sus familias simplemente por pertenecer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Lo que hoy ocurre en Cataluña ya lo hemos vivido antes, la historia se repite; estamos asistiendo a la reaparición de la violencia gratuita hacia los que no piensan igual y hacia los que defienden el Orden Constitucional. Y nos vuelve a tocar perder a los mismos, la Guardia Civil está nuevamente en el punto de mira del terrorismo.

Pero en Cataluña se da una vuelta más de tuerca a esta situación, llevando el acoso hasta la misma puerta de los hogares de los guardias civiles y a las aulas donde estudian sus hijos, con el apoyo y beneplácito del sector político independentista que, lejos de intentar frenar la violencia contra los guardias civiles, la alimentan, fomentan, sustentan y avivan directamente con sus actos y declaraciones. Prueba de ello es que los partidos independentistas no solo no han condenado los actos de violencia que planeaban los CDR recientemente detenidos, sino que su respuesta a tales detenciones ha sido acordar en el Parlamento Catalán, de forma manifiestamente ilegal, la expulsión de la Guardia Civil de Cataluña.

También dentro de los actos contra el Instituto Armado se encuentra la constante manipulación del relato con que se conducen las instituciones catalanas, acusando a nuestros compañeros de prevaricar en el ejercicio de sus funciones o permitiendo que en las televisiones públicas se parodie y se frivolice con la muerte violenta de miembros del Cuerpo.

Y mientras tanto, el Ministro del Interior y el actual Gobierno de España, ambos en funciones, presencian impasibles esta gravísima situación, cruzados de brazos ante las sangrantes y reiteradas ilegalidades que deterioran la convivencia y persiguen como fin último la fractura territorial del Estado Español.

Y, precisamente por este silencio de quien nos debe defender y apoyar, los guardias civiles somos perseguidos y atacados por los sectarios que ven que sus actos de violencia contra nosotros quedan impunes, lo que consideran una victoria sobre el Estado.

Desde JUCIL queremos expresar nuestro agradecimiento a los miles de ciudadanos que se han implicado en la defensa de nuestros compañeros en Cataluña.

Queremos asimismo reconocer - y que se reconozca- la labor de todos los guardias civiles al servicio del Estado y de la Ley y como garantes del orden constitucional y del libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos. Por ello nuestra Institución es la más valorada por los españoles y, también por ello, por su defensa del Estado de Derecho, se proyecta sobre los agentes y sus familias el sentimiento de odio hacia España existente en los sectores separatistas.

Si el acoso a la Guardia Civil persiste y triunfa en Cataluña sin que desde el Gobierno de España se cumpla con el deber de ponerle freno, ¿qué vendrá después? ¿qué territorio será el siguiente? Y sobre todo,

¿Quién defenderá a los españoles en Cataluña frente al avance del sectarismo?

Absolutamente todos estamos bajo el mandato constitucional y los poderes públicos deben velar por su cumplimiento. Por ello exigimos a las instituciones, que tomen de una vez por todas las medidas necesarias para acabar con este abandono y desprecio histórico que vienen soportando los miembros del Cuerpo. La solución es simple, está en manos del Gobierno, hagan cumplir la LEY.

Desde JUCIL, jamás cederemos en nuestro empeño de defender a nuestros compañeros, a los españoles y al Estado de Derecho. Sr. Sánchez, Sr. Grande-Marlaska, tomen ejemplo de los guardias civiles y cumplan con su deber.

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