• jueves, 28 de marzo de 2024
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Blog / Cartas al director

Un buen o un mal convenio económico

Por La voz de los lectores

Opinión enviada por JJ. Alfaro. 

El consejero de Economía de Navarra, Mikel Aranburu, firma el nuevo convenio económico con el ministro Cristóbal Montoro. GN (3)
El consejero de Economía de Navarra, Mikel Aranburu, firma el nuevo convenio económico con el ministro Cristóbal Montoro. GN

A la vista de las declaraciones de algún político y de las informaciones de algún medio de comunicación; parece que el Acuerdo para la cifra base para el próximo quinquenio del Convenio económico Navarra-Estado, ha sido un mercadeo de bazar en donde la representación Navarra, gracias a sus excelentes dotes de negociación, ha conseguido un acuerdo ventajosísimo para Navarra.

Desde pequeño, ante situaciones similares, mi madre siempre me ha dicho “dime de qué presumes y te diré de qué careces”

Tengo muy pocos conocimientos de economía y lo que escribo de este tema lo hago desde el sentido común y con los datos de las informaciones periodísticas, pero entiendo que este acuerdo es o debiera ser totalmente técnico, consistente fundamentalmente en definir las competencias/cargas no asumidas por Navarra y los mecanismos de compensación por los impuestos y tasas no incluidos. Por lo tanto, ajeno a buenas o malas capacidades negociadoras. Teniendo en cuenta además, que los funcionarios de Hacienda son los mismos con este Gobierno que con el anterior.

Sin embargo, después de ver el escándalo de la negociación del Cupo Vasco parece que, al menos, por esos lares no se trata de negociación estrictamente técnica, sino que también interviene el pago de votos y de otros favores. Y es que, además, llueve sobre mojado. No es la primera vez que el Partido Nacionalista Vasco vende sus votos para salvar unos presupuestos o dar estabilidad al Gobierno de España a cambio de ventajas en la aportación del Gobierno Vasco a las cargas del Estado. Todo ello consecuencia de los desequilibrios de nuestro sistema electoral.

El ministro Montoro tenía difícil la negociación con Navarra después de lo que había tenido que tragar con el Gobierno Vasco. La cuantía del Cupo Vasco para el año 2015 era de 1.565 millones de euros y la cuantía acordada como base para el año 2017 ha sido de 1.300 millones de euros. Es decir, una bajada del 17%. Aun es más, han acordado descontar 344 millones de euros como pago de las políticas activas de empleo, dejando la cuantía para el 2017 en 956 millones de euros, un 39% de bajada respecto al 2015.

Con esos antecedentes a priori parecería lo correcto exigir un trato igual. Nada más lejos de la realidad. En Navarra veníamos de una cifra base para el anterior quinquenio de 485 millones de euros y se ha acordado una nueva cifra para el nuevo de 510 millones, es decir; no una bajada, sino un incremento del 5%. Y aquí no se habla nada de las políticas de empleo que el Estado financia a las CCAA, por lo que se entiende que el descuento ya está incluido en esa cifra.

A la vista de estos datos globales parece que el astuto negociador ha sido el Ministro Montoro. Parece que ha conseguido que la negociación con Navarra se mueva en el ámbito técnico. Hay que tener en cuenta además que Euskadi partía de una situación más ventajosa y, por lo tanto, tenía menos capacidad de mejora. Muy al contrario de lo que ha sucedido. Partía de una aportación de unos 714 euros por habitante y la ha reducido un 17% o un 39% si incluimos el pago de las políticas activas de empleo y en Navarra partíamos de unos 760 euros por habitante y lo hemos incrementado un 5%

Realmente, lo que llama la atención son las cifras finales. Estas cifras no dejan muy bien parados a los negociadores navarros, si realmente la negociación ha transcendido del ámbito técnico. Con los antiguos acuerdos, aun siendo las cifras favorables a Euskadi respecto a Navarra, se movían en unas horquillas semejantes. Con los actuales acuerdos el desequilibrio es escandaloso.

El Cupo Vasco va a suponer una aportación de 593 euros por habitante y año, 436 euros por habitante y año si incluimos el descuento por las políticas activas de empleo. Nuestro Convenio económico va a suponer 797 euros por habitante y año.

Ante Comunidades Autónomas con un nivel competencial parejo, las diferencias a las que se ha llegado con estos acuerdos son vergonzosas. Si aplicásemos a Navarra el ratio de aportación por habitante de Euskadi tendríamos que fijar la cuota base para Navarra en 290 millones de euros.

Hasta en la regularización las diferencias entre lo conseguido por Euskadi y Navarra son abismales. A Euskadi han acodado devolverle 1400 millones de euros frente a los 215 de a Navarra. Teniendo en cuenta que estos últimos corresponden fundamentalmente a los impuestos de los dos últimos años no incluidos en el Convenio y que con las nuevas tecnologías se pueden cuantificar correctamente, en especial los hidrocarburos que ya el anterior Gobierno había reclamado incluir en la negociación (los técnicos son los mismos).

Es decir; en este caso, sí es un acuerdo técnico. Se ha vuelto a repetir el ajuste técnico que en ocasiones anteriores ya se había producido y con cuantías superiores (años 2009 y 2010), pero en esta ocasión alguien ha pretendido vender como extraordinario lo que era ordinario con los Gobiernos anteriores. Sin embargo, en el caso de Euskadi el ajuste es por el periodo anterior. Parece que en Navarra los acuerdos anteriores estaban bien ajustados y no había nada que reclamar. 

El problema, tanto para Euskadi como para Navarra, es que si queremos seguir manteniendo nuestro sistema de financiación, nuestro Cupo y nuestro Convenio, tendremos que hacer los cálculos de la aportación de forma técnica y transparente. De lo contrario tendremos que estar continuamente defendiéndolo, siendo criticados por el resto de españoles y con el riesgo de sufrir ataques que intenten su abolición.

Probablemente el Consejero  Aramburu y su equipo hayan conseguido un buen Acuerdo para Navarra, dentro del ámbito técnico, justo y solidario con el resto de España, igual que lo hicieron los Gobiernos anteriores, pero en ningún caso se puede permitir que, para tapar las carencias de este Gobierno, se intente vender este Acuerdo que llega dos años tarde (la culpa siempre es de otros), como mejor que el que otros consiguieron en su tiempo, cuando a la vista está que no es cierto sino al contrario y cuando es un tema en el que van a encontrar todo el apoyo de la oposición en el arco parlamentario, al contrario que en situaciones anteriores. 

Opinión enviada por JJ. Alfaro. 

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