El otro día, cuando todos los gatos son pardos, noté que tenía la boca seca y me levanté de la cama dando tumbos para beber agua.
- martes, 16 de abril de 2024
- Actualizado 19:50
El otro día, cuando todos los gatos son pardos, noté que tenía la boca seca y me levanté de la cama dando tumbos para beber agua.
El otro día, cuando todos los gatos son pardos, noté que tenía la boca seca y me levanté de la cama dando tumbos para beber agua. Al llegar a la cocina me di cuenta de que me había dejado la tele encendida en el cuarto de estar. Justo antes de pulsar el off, ese botón que te da la libertad de acabar con los informativos y los cotilleos, un par de jóvenes, desde la caja tonta, estaban en pleno esfuerzo marketiniano.
-Eh, eh, tú. Sí, tú… ¿Quieres disponer de 3.000 euros fácilmente?
Y yo, más cerca de Morfeo que otra cosa, cual pareja ante el altar, pensé: “Sí, quiero”. Luego fueron unas sartenes, una olla rápida, un juego de cuchillos de cerámica y algo más que me recordará mi cuenta corriente.
Jamás había comprado por teléfono. ¿Era yo quien se había gastado una pasta en inutilidades? ¿Es posible que pidiera un préstamo al no sé cuánto por ciento? Por lo visto, sí.
Entonces, la caja tonta, que de tonta no tuvo un pelo conmigo, se pronunció a través de una experta en el horóscopo que no dejaba de sonreírme.
-Amigo de la noche: si eres virgo, ten cuidado con la cartera y desconfía a tu alrededor.
A partir de ese día me llevo un vaso de agua a la mesilla antes de acostarme. Por si tengo la boca seca…
Ideación de ‘Por un vaso de agua’
Ayer, por culpa del insomnio, vi la tele de madrugada.
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