Motero

Tengo un buen amigo que suele pronunciar unas frases de esas que conviene apuntar. El otro día, mientras fumaba uno de sus quince cigarrillos diarios, me comentó a la vez que hacía aros con una enorme facilidad:

- Juan, hay dos tipos de moteros: los que se han caído y los que se van a caer.

Aquella sentencia me hizo gracia y se me quedó grabada a fuego, pues hay ciertos dichos que a uno le acompañan desde el primer momento que los escucha.

Y precisamente ayer me llamó un conocido al que aprecio bastante para pedirme un favor (creo que es el único que me ha pedido en su vida).

- Estoy con principio de neumonía. ¿Me puedes llevar la moto al taller?

La pregunta me hizo cierta ilusión, aunque me entró el canguelo de quien no se ha subido a una moto ni para que le hagan una fotografía…

¿Cómo no le voy a hacer este favor al bueno de Xabi?, pensé.

Me dejó su chupa, su casco, sus guantes y me explicó lo elemental para que llegara a buen puerto. Yo me sentía el dueño de la carretera, sobre todo cuando un compañero del asfalto me saludó como solo se saludan los moteros. Entonces, cómo no, quise devolverle el gesto haciendo la letra V con mis dedos índice y corazón, perdí el equilibrio, dejé una muestra de mi ADN en aquel pavimento y resonó en mi cabeza la frase de mi buen amigo: “Juan, hay dos tipos de moteros: los que se han caído y los que se van a caer”.

Ideación de ‘Motero’

Me han dejado una moto para que diera una vuelta…

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