• jueves, 28 de marzo de 2024
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Hombre de Cromañón

Por Juan Iribas

Creo que me regalaron un reloj digital para la Primera Comunión; un ZX Spectrum tres o cuatro años después.

Un hombre paga gracias a su reloj de última genración
Un hombre paga gracias a su reloj de última generación.

Tengo un blog, soy usuario activo de Internet y me paseo a diario por unas cuantas redes sociales, pero lo que me pasó el otro día hizo que me sintiera el hombre de Cromañón.

Era un viernes caluroso y, después de matar el tiempo yendo de aquí para allá, quise estrenar un restaurante italiano que ha abierto con mucha ambición y, tal vez, sin un estudio de mercado… Pedí risotto, pan de la casa, agua del tiempo, helado de vainilla, un descafeinado de sobre y la cuenta.

Estaba solo, ojeando lo que se cocía de mesa en mesa cual mosca impertinente. Una pareja se miraba sin abrir la boca. Otra charlaba sin mirarse. Un viejo conocido se hacía el sueco ante un servidor. Y servidor no dejaba de vigilarlo. Es que yo no tenía otra cosa mejor (ni peor) que hacer…

Y en la mesa 24, la enésima pareja, creo que de tortolitos. No sé si él lo hizo para impresionarla. A mí, verdaderamente, me dejó estupefacto y provocó que me sintiese el mismísimo hombre de Cromañón. El tío pidió la cuenta con un chasquido de dedos cual Humphrey Bogart, se le acercó la camarera con garbo y el datáfono. Entonces, el veinteañero arrimó su reloj de pulsera a aquel artilugio y pagó su factura.

Cuando la camarera me preguntó “¿usted también va a pagar con Smartwatch?”, dejé en la mesa un billete de veinte euros y eché a correr.

Ideación de ‘Hombre de Cromañón’

Ayer comí en un italiano y el cliente de al lado pagó la cuenta con su reloj de pulsera.

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Hombre de Cromañón