El Anaitasuna perdió una ocasión de oro en Granollers. Salió derrotado por 32-23 dejando al equipo local sumar su primera victoria en casa.
- martes, 16 de abril de 2024
- Actualizado 13:33
El Helvetia Anaitasuna perdió una ocasión de oro en Granollers. Salió derrotado por 32-23 dejando al equipo local sumar su primera victoria en casa. Los catalanes estaban en una situación delicada, como el Anaita, pero los navarros tenían la oportunidad de buscar la victoria para dejar atrás a un equipo que puede ser rival directo en los objetivos marcados para esta temporada.
El partido se caracterizó en los primeros minutos por el juego rápido y dinámico del Granollers. Bols, portero anaitasunista. desbarató varios ataques rivales e impidió que los locales se distanciaran en el marcador.
Todo esto llevó que el Anaitasuna lograra ponerse por delante en un 7-8, única vez en la que los navarros estuvieron por delante. A partir de ahí el siete catalán pasó a dominar.Sastre parando los lanzamientos contrarios y propiciando los contraataques decantaron el encuentro a su favor con un parcial de 6-0.
La ventaja no resultó definitiva porque los de Iñaki Aniz aprovecharon la superioridad numérica marcando tres goles que dejaban
un 13-11. Además, aprovecharon dos balones perdidos para llegar al descanso con un 14-13. Todo quedaba para el segundo tiempo, un tanteador que daba esperanzas de cara a lograr algo positivo, pero todo quedó en un espejismo.
Entraron en juego dos jugadores, Figueras y Maestro, que decantaron el partido a su favor con 8 tantos el primero y 5 el segundo. El Anaita quedó anulado por completo y veía como pasaban los minutos sin marcar. Dos goles marcados en quince minutos dejan ver claramente la impotencia del equipo. 23-15 a los 45 minutos de juego dejaba sentenciado un partido imperdonable para los anaitasunistas.
El técnico navarro movió ficha cambiando la defensa de 6-0 a 4-2, pero era tarde. Si pasan los minutos y ves que el equipo no
marca goles tendrás que hacer algo rápido porque el partido se va. Pues no. La reacción llegó cuando ya estaba todo decidido y, a pesar de los cambios, sólo se podía intentar maquillar el resultado. Ni tan siquiera sirvió para eso.
El equipo navarro parece estar reñido con la regularidad. Cuando tiene la oportunidad de marcar diferencias no sólo no lo hace sino que además da cuerda a sus rivales. La igualdad en la liga es máxima, pero ocasiones como esta para ganar al Granollers hay muy pocas.
