El único que se partía la cara con los rivales y que lograba marcar era el chaval Ander Izquierdo, que al final resultó uno de los mejores.
- sábado, 20 de abril de 2024
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El todopoderoso Barcelona pasó por encima del Anaita sin piedad a lo largo del encuentro disputado en la catedral. Sólo perdonó en los últimos instantes la posibilidad de marcar el tanto 40 para su equipo.
Desde el inicio el conjunto catalán dejó claro que no iba a dar ventaja. Comenzó mandando en el tanteador de forma contundente, con jugadas que eran imparables para la defensa local y para el guardameta Nordlander.
Los goles locales no llegaban, quedaban estancados en el segundo mientras los rivales ponían pies en polvorosa. La brecha cada vez era mayor y las diferencias hacían mella en los jugadores blanquiverdes.
Iñaki Aniz se vió obligado a pedir tiempo muerto pero serviría de poco. Faltaba intensidad en el juego local. Semedo intentó el lanzamiento exterior con tan poco fortuna que el técnico prefirió sentarlo en el banquillo.
El único que se partía la cara con los rivales y que lograba marcar era el chaval Ander Izquierdo,que al final resultó uno de los mejores del equipo por no decir el mejor. Es al final el que más luchaba y el que más verticalidad mostraba.
El Barcelona ya sabemos que es prácticamente invencible, pero también sabemos que para no ser vapuleado por este equipo hay que dar en la pista todo lo que sabes y algo más. El Anaitasuna siempre ha plantado cara al líder y las diferencias en el marcador han sido bastante ajustadas,pero lo visto en este encuentro dista mucho de lo que los aficionados queremos ver.
En el segundo tiempo la esperanza era que los visitantes se relajaran un poco después de un 6-19 al descanso.Pero la realidad no resultó ser lo que esperábamos. El Barcelona siguió a lo suyo, aunque bajó un poco y el Anaita quiso pero no pudo. Bols en los últimos minutos del primer tiempo y en el segundo periodo tuvo buenas intervenciones pero queramos o no insuficientes.
El mister local lo intentaba con un mixta de un 5-1 que tampoco resolvía nada. Los jugadores por el centro repetían la misma jugada y el contrario se las pillaba.No había manera de romper la defensa del Barcelona y los tiros anaitasunistas se estrellaban enlos postes o en el portero. La afición aplaudía y agradecía los goles locales pero la diferencia cada vez era a mayor.
Es cierto que en los palos se estrellaron ocho balones pero muchos fueron rechazados por el portero visitante con una efectividad de más del 50%. Mal partido, por la falta de intensidad del Anaita que inicia la segunda parte de la competición con malos presagios.La alegría y buena reacción de la copa han llevado al desengaño en este primer encuentro de la segunda vuelta. A verlas venir.
