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Blog / El espejo de la historia

San Ignacio eguna

Por Javier Aliaga

El 31 de julio Guipúzcoa y Vizcaya celebran la fiesta de su patrón san Ignacio de Loyola. Además de ser una conmemoración religiosa es una fecha significativa para el nacionalismo vasco.

San Ignacio y el primer batzoki bilbaíno donde se fundó el corpúsculo vizcaíno germen del PNV.
San Ignacio y el primer batzoki bilbaíno donde se fundó el corpúsculo vizcaíno germen del PNV.

Las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya celebran el 31 de julio la fiesta de su patrón: san Ignacio de Loyola. La elección de los guipuzcoanos data de 1620, cuando todavía era beato, dos años antes de su santificación; los vizcaínos tardaron sesenta años más. Si su nombre de pila era Iñigo López de Loyola y nació en Azpeitia (Guipúzcoa), entonces ¿por qué un guipuchi es patrono de Vizcaya?

Propongo dos explicaciones. La primera, como los bilbaínos y en general los vizcaínos son depredadores por naturaleza, usurparon el patrón a Guipúzcoa como si fuese un jugador para el Athletic -de eso los navarros sabemos mucho-. La segunda, Iñigo López era bilbaíno, lo cual le permitió nacer donde quiso, o sea en Azpeitia.

La historia nos lo cuenta de forma diferente. Las Juntas Generales del Señorío de Vizcaya de noviembre de 1680 invitaron al jesuita Antonio Lanlaida, rector del colegio de Bilbao, para que presentase sus argumentos en favor de san Ignacio como patrón. Tras su exposición, no hubo discusión, los allí reunidos acordaron, de forma unánime, designar al fundador de los jesuitas patrón del Señorío.

Dos siglos más tarde, Sabino Arana, profundo devoto del santo, explicó, a su manera, la base argumental de Lanlaida: «era de raza bizkaina por parte de su madre, pues descendía por dicha línea de la casa de Likona» de Ondárroa. Lo que verdaderamente Sabino profesaba por López de Loyola era más que devoción; su integrismo inicial se circunscribía en el triangulo: catolicismo, racismo y vizcainismo.

No había restricciones, todo justificaba el fin de su nacionalismo vizcainista provocándole una veneración obsesiva por el santo: «Un grande hombre engendró Ia raza vasca: Ignacio de Loyola. Su obra fue aún más grande: la Compañía de Jesús. Verdaderamente, todo cristiano debe como tal, venerarlos; todo vasco debe, por ser vasco, amarlos».

Arana fue más allá, cambió la letra guipuzcoana de la Marcha de San Ignacio para incorporar estrofas de su profundo vizcainismo: «Protege a Dios. Protege la Ley Vieja. Manda Tú al vizcaíno contra el enemigo. / Al entrar en combate, tomando la espada a favor de los vizcaínos, destroza al impío y al enemigo con la fuerza del cielo.»

Tradicionalmente en el País Vasco, donde la Compañía de Jesús ha tenido una fuerte implantación, se ha reverenciado a san Ignacio como el santo de todos los vascos. Sentimiento que se reforzó a partir del 31 de julio de 1895 cuando los hermanos Arana –Sabino y Luis- fundaron el primer corpúsculo vizcaíno del PNV (Bizkai Buru Batzarra), en la sede del Euskeldun Batzokija –primer batzoki-; ubicado, como no podía ser en otro sitio, en el centro, centro de Bilbao.

Ahora bien, esa fecha fue fruto de la casualidad, la reunión había sido convocada para el domingo 28 de julio, pero a falta de quórum hubo que posponerla al primer día festivo, que fue el 31. Miel sobre hojuelas para los peneuvistas que pudieron navegar en el mar de la indefinición entre lo religioso y lo político, organizando fiestas patriótico-religiosas en la conmemoración del santo.

Con la llegada de la democracia el PNV, en Pamplona, sin renunciar al lema aranista fundacional JEL Jaun-Goikua eta Lagi Zarra (Dios y Ley vieja), se convirtió en aconfesional. A pesar de no tener sentido la fiesta religiosa, los peneuvistas siguieron celebrándola por ser coincidente con el nacimiento del partido.

Por otra parte, ciertos sectores han atribuido al 31 de julio de 1959 el nacimiento de la banda terrorista ETA Euskadi Ta Askatasuna (Patria Vasca y Libertad) cuyo origen fue el grupo EKI del PNV, creado en 1952 para luchar contra la apatía de sus dirigentes. Siete años más tarde se produjo la escisión como ETA.

El politólogo Antonio Elorza, lo ve así: «La referencia a san Ignacio en las fechas de fundación del PNV y de ETA no es casual: el santo guipuzcoano propone una organización disciplinada, de “gudaris de Jesús” para luchar contra “el enemigo”, en este caso no los protestantes sino España, hasta destrozarles.»

Sin embargo, en los archivos del PNV se guarda una carta de Álvarez Emparanza Txillardegi que envió a José Antonio Aguirre, anunciándole su alejamiento de la línea tradicional de EGI y del PNV, la cual está fechada en julio de 1959 y se considera como el documento fundacional de ETA. Al respecto, De Pablo escribe: «mientras no aparezca más documentación, no sólo hay que descartar la fecha exacta del 31 de julio sino que, incluso si la carta al lehendakari fue datada en ese día, se trataría de un hecho meramente casual».

Todo indica, pues que se trata de un malsana elucubración para crear un vínculo entre la banda terrorista y el PNV, el cual no es justificable por el hecho de que ETA haya surgido como una escisión del partido, ni porque éste haya recogido las nueces que el terrorismo vareaba.

Para finalizar una reflexión. Por mucho que busco en los orígenes del PNV no encuentro el menor atisbo de progresismo que parece haber encontrado el Partido Sanchista de Navarra (PSN) para coaligarse en el Gobierno Foral.

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