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Blog / El espejo de la historia

La ikurriña: una bilbainada

Por Javier Aliaga

Proponemos un hecho histórico para que el lector adivine si se trata o no de una falsedad.

La ikurriña inventada por Sabina Arana Goiri y representada en un pañuelo diseñado por Luis Arana, con la efigie de Sabino Arana_
La ikurriña inventada por Sabino Arana Goiri y representada en un pañuelo diseñado por Luis Arana, con la efigie de Sabino Arana.

Verdadero o falso:

La ikurriña inventada por los hermanos Arana Goiri, Sabino y Luis, nació en Bilbao para representar a la provincia de Vizcaya. 

La concepción de la bandera vasca (ikurriña o bicrucífera) se atribuye, al alimón, a los hermanos Arana Goiri: Sabino, el padre del nacionalismo vasco y Luis su lugarteniente. A primera vista, su diseño guarda un indiscutible parecido con la bandera del Reino Unido; que el nacionalismo se apresura a negar, porque lo vasco, es único y auténtico. Al respecto, conviene recordar que: la primera versión de la “Union Jackondeaba casi tres siglos antes que la bandera de los Arana; Bilbao tenía una fuerte relación comercial con Gran Bretaña; y Sabino era anglófilo.

Una de las leyendas de la bicrucífera es que se inventó en el corazón de Pamplona, en el Café Iruña, en víspera de la manifestación foralista de la Gamazada, el 12 de febrero de 1894; eso recuerda al chiste, pues la ikurriña siendo bilbaína nace donde quiere. Lo cierto es que la primera bandera se izó el 14 de julio de 1894 con la inauguración del Euzkeldun Batzokija, primer centro nacionalista vasco -clausurado un año más tarde- en la calle Correo de Bilbao.

Inicialmente, según sus inventores, no representaba ni al nacionalismo, ni al País Vasco, simbolizaba únicamente a la provincia de Vizcaya, que en aquel momento no tenía bandera. Tres años más tarde, Sabino la bautizó con el término ikurriña, formado por ikurra (símbolo) y ehuna (tela) graficándola en vizcaíno como ikuŕiña. Es, por tanto, un vocablo genérico que nadie utilizó en castellano, ni siquiera en los ambientes más nacionalistas, hasta la guerra.

Al fallecer Sabino en 1903, la bandera aranista debiera estar en el olvido, pues en sus exequias brilló por su ausencia: ni como estandarte, ni envolviendo el féretro. La ikurriña, tendría que esperar hasta la II República para tomar notoriedad. El verdadero impulso a su significado se lo dio la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza al adoptarla, en septiembre de 1931, como bandera “nacional vasca”. Al año siguiente, con la celebración del primer día de la Patria (todavía no se empleaba el término Aberri Eguna), más de 200 bicrucíferas desfilaron por las calles de Bilbao hasta Sabin Etxea, donde la víspera se había izado una gran bandera vasca.

Sabino dejó escrito: «Mi hermano y yo somos un mismo espíritu en dos cuerpos distintos»; ello confería a Luis la potestad de hablar por boca del “libertador vasco”. Cualquier intento de cambiar la ikurriña de su simbolismo vizcaíno, encontró la dura oposición de Luis y su juicio mayestático: «Crimen de lesa patria la imposición de la bicrucífera para todo Euzkadi» En su afán de preservarla para los vizcaínos, diseñó una bandera para cada territorio y una confederada; pero nada de esto cuajó. En contra de su criterio, la dirección del partido, el Euzkadi Buru Batzar (EBB), aprobó en 1933 la designación de la bicrucífera como «la bandera nacional de Euzkadi»

La bandera del PNV adquirió su oficialidad en plena guerra incivil, cuando Vizcaya constituía el Oasis Vasco –Guipúzcoa y Álava estaban bajo control rebelde-. A las dos semanas de la formación del primer Gobierno provisional del País Vasco, en el mismo boletín se publican dos decretos: el primero de Industria, firmado por un socialista, sobre la obligatoriedad para buques mercantes de izar la «bandera de Euzkadi» en proa y la de la República en popa; el segundo de presidencia, firmado por Aguirre, que regula el empleo de la «bandera de Euzkadi» en Corporaciones y Centros oficiales, «junto a la bandera de República, en expresión de la legalidad vigente» A pesar de ello, no todos los gudaris portaron la bicrucífera, caso de los Jagi-Jagi, escisión más extremista del PNV, que llevaban su propio estandarte.

La dictadura de Franco prohibió la ikurriña, como también lo había hecho la otra dictadura, la de Primo de Rivera. No obstante, es en la época franquista cuando adquiere su significación como símbolo de la libertad y de la resistencia vasca. Muerto el dictador, el ministro de Gobernación, Martín Villa, tras una reunión con ayuntamientos vascos en enero de 1977, concede la tolerancia a la ikurriña, lo cual equivalía a una autorización de facto.

LA SIMBOLOGÍA

La simbología original de bicrucífera, no deja dudas, es vizcaína por los cuatro costados. Sabino estando en la cárcel, en 1895, escribió una nota a su hermano Luis: «Dos cruces son las de Vizcaya: la de Dios y la de San Andrés. Quieren significar las dos que bajo su emblema debemos santiguarnos para la felicidad de nuestro Pueblo: por Dios y por los Fueros. ¡Ojalá nuestra sangre vivifique alguna vez al Santo Roble y a la Cruz blanca que está sobre él!».

La mencionada cruz de San Andrés, es en conmemoración de la batalla de Padura (Arrigorriaga), entre vizcaínos e invasores (leoneses). Se trata de un mito histórico al que Sabino puso fecha (30 de noviembre de 888) para convertirlo en un símbolo de la independencia vizcaína. Sin embargo, los historiadores no avalan la existencia de esta batalla.

El significado original de los colores también rezuma su origen: el blanco corresponde Jaun-Goikua (Dios), el verde concierne al roble de Guernica y el fondo rojo, como explicó Sabino, era el del escudo de Vizcaya. A partir de aquí, el nacionalismo vasco reconstruye su simbolismo para dulcificar su primitiva concepción.

Es evidente que el leitmotiv de la ikurriña es la cruz blanca que destaca sobre el resto, superponiéndose a la verde: es la cruz de Jaun-Goikua, la de Cristo, la de los cristianos, la de la Iglesia católica. No deja de ser un contrasentido que algunos políticos navarros que se caracterizan por su anticlericalismo y su animadversión a la Iglesia, que no acuden a procesiones ni a actos religiosos, que abominan de los crucifijos en las aulas; se vean identificados con la bicrucífera de los Arana.

Habiendo sido concebida para Vizcaya por el catolicismo fundamentalista de Sabino Arana, habiendo sido la bandera de un partido político -el PNV-, habiendo sido la enseña de ETA durante los años de plomo; es loable que la ikurriña en la Comunidad Autónoma del País Vasco, sea aceptada por la totalidad de los partidos políticos e incluso los de ámbito estatal. Ahora bien, en la Comunidad Foral de Navarra genera sentimientos contrapuestos: mientras algunos sienten la ikurriña como suya, un amplio sector de la población no encuentra en ella la simbología de la libertad, sino, más bien, la del acoso, la extorsión y el terror.

Respuesta a la pregunta planteada

El hecho inicial planteado es cierto, como hemos visto, la ikurriña fue inicialmente diseñada para que los vizcaínos tuviesen un estandarte representativo de su provincia.

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