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Blog / El espejo de la historia

El caballo de Troya del PNV

Por Javier Aliaga

El autor hace un repaso de la férrea oposición del nacionalismo vasco a la Ley de Amejoramiento del Fuero navarro (LORAFNA) y su contradicción de cara a las elecciones.

Declaraciones de la presidenta del Gobierno foral y candidata de Geroa Bai a la reelección, Uxue Barkos, sobre autogobierno y hacienda. MIGUEL OSÉS 2
Declaraciones de la presidenta del Gobierno foral y candidata de Geroa Bai a la reelección, Uxue Barkos, sobre autogobierno y hacienda. MIGUEL OSÉS 2

La reciente historia de Navarra es descaradamente reveladora. En 1982, el nacionalismo vasco, en todas sus versiones, y con todos sus medios, se opuso a la aprobación de la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra (LORAFNA) que reconoce los derechos históricos navarros y regula su autogobierno.

Tres años antes, el País Vasco había obtenido su Estatuto de Autonomía, refrendado mediante referéndum el 25 de octubre de 1979. Pues bien, sin haber finalizado el proceso vasco, el 11 de octubre, Euskadiko Ezkerra y ORT-PTE presentaron en el Parlamento Foral de Navarra, a través del Grupo Mixto, una moción para hacer efectiva la disposición transitoria cuarta de la Constitución; es decir, convocar un referéndum para la incorporación de Navarra al País Vasco. En diciembre, la Comisión de Régimen Foral del Parlamento rechazó la proposición: HB, PNV y Amaiur votaron a favor; UCD y UPN en contra; PSOE y el Partido Carlista-EKA se abstuvieron.

A los pocos días se inició el “Proyecto de Bases de Negociación para el Amejoramiento del Fuero de Navarra”. Proceso que hubo de gestarse durante más de dos años y que culminó el 15 de marzo de 1982 en el Parlamento Foral con la aprobación del texto de la futura ley. La votación fue nominal: 49 votos a favor (20 UCD, 15 PSOE, 13 UPN, 1 Partido Carlista-EKA), 5 votos en contra (3 PNV, 2 EE) y 16 ausencias entre ellas HB y Amaiur. Aquel día la banda terrorista ETA dejó patente, una vez más, su crueldad, asesinando al guardia civil, Modesto Sánchez, en Rentería.

Dos días más tarde, el Consejo de Ministros aprobó el texto de la ley orgánica. La víspera ETA había hecho estallar un coche-bomba inutilizando la subestación de FENSA, próxima al Club Natación. En realidad, había sido una trampa frustrada, cuyo objetivo era la Policía Nacional desplazada al lugar por un aviso anónimo de un paquete sospechoso. Los terroristas habían robado el coche a punta de pistola, dejando a su dueño atado. Afortunadamente logró liberase para avisar a tiempo.

El 30 de junio de 1982 finalizó el trámite en el Congreso de los Diputados mediante lectura única –sin enmiendas-, con la aprobación del proyecto de ley: 266 votos a favor, 9 votos en contra (4 del PNV) y 1 abstención. El portavoz del PNV, Marcos Vizcaya, en el turno en contra, desdeñó ampliamente el contenido de la ley y el procedimiento llevado a cabo para su desarrollo. Aquel día ETA volvió a asesinar; la víctima fue el jefe de la Policía Municipal de Baracaldo, José Aibar, cuando jugaba una partida de cartas en un bar. No fue el azar.

En efecto, uno de los objetivos de la banda terrorista era la integración de Navarra a Euskadi y por ende, impedir la LORAFNA. De sus 850 asesinatos, 145 se produjeron durante los dos años y medio de gestación del Amejoramiento del fuero (93 en 1980, 32 en 1981 y 20 en el primer semestre de 1982). Ahora bien, de estos 20 lo singular es que dos de ellos, hubiesen coincidido con la aprobación del texto de la ley. De ETA nunca se puede hablar de casualidades.

Finalizando julio acabó el proceso de la LORAFNA con su aprobación en el Senado: 148 votos a favor y 6 en contra (los impertérritos votos del PNV). En agosto, el rey sancionó la LO 13/1982, la cual se publicó en BOE al cabo de unos días.

Han pasado 37 años, el camaleónico PNV opera hoy en Navarra disfrazado bajo la marca Geroa Bai, sin ikurriñas, publicitándose para las elecciones con slogans engañosos a la caza del votante ingenuo y olvidadizo; en las generales con un “Navarra no se toca” y para el 26-M, “Más Navarra, más futuro”.

Sea cual sea su denominación, es el mismo partido que apoyó el referéndum para la integración de Navarra a Euskadi, que despreció el Amejoramiento del Fuero, que votó siempre en contra del mismo -Parlamento Foral, Congreso y Senado-, y que ha formado parte del cuatrivaskito -Copyright Laporte- diluyendo los símbolos identitarios de Navarra.

Un partido honesto con el slogan “Más Navarra”, debiera apoyar la anulación de la disposición transitoria cuarta de la Constitución. Cosa que ni el PNV, ni su sucursal navarra harán. Sin embargo, lo sorprendente es que Barkos, acuse a UPN de traición y de actuar como un «caballo de Troya».

El subconsciente le ha jugado una mala pasada, es exactamente lo que viene haciendo Geroa Bai. Un partido transformista que de tapadillo oculta su identidad, beneficiándose de las instituciones forales, para ir demoliendo, desde dentro, el Amejoramiento del Fuero que no logró impedir con sus votos –suyos del PNV-; eso, sí es caballo de Troya. El cinismo sabiniano no tiene límite.

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El caballo de Troya del PNV