• viernes, 29 de marzo de 2024
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Blog / El espejo de la historia

El renegado Arturo Campión

Por Javier Aliaga

Proponemos un hecho histórico para que el lector adivine si se trata o no de una falsedad.

Arturo Campión junto a una portada de un periódico de la época del año 1936.
Una fotografía de Arturo Campión junto a una portada de un periódico de la época del año 1936 en la que se significa con España.

Verdadero o falso:

Arturo Campión, prócer del nacionalismo vasco renegó de éste, tras la toma de San Sebastián por la Columna del coronel Beorlegui, en septiembre de 1936

EL RENEGADO ARTURO CAMPIÓN

Pamplona tuvo conocimiento de que el alzamiento de julio de 1936 había sido organizado por Mola desde la Comandancia Militar de la ciudad, cuando en la madrugada del día 19, se proclamó el estado de guerra. Aquel día, el corazón de la ciudad, la plaza de la República que no había dejado de denominarse popularmente como plaza del Castillo, se atiborró de voluntarios de la Comunión Tradicionalista, formando un mar de boinas rojas. Efectivamente, en la capital del viejo reyno el alzamiento fue doble: militar y civil.

Mientras que en Pamplona los requetés desfilaban, el periódico Euzkadi, órgano del PNV, tras una noche de deliberación, publicaba en portada una nota del Euzkadi Buru Batzar (EBB) en la que comunicaba que el PNV se ponía de lado del Gobierno republicano. Para muchos militantes como Ceferino de Jemeín, supuso «una sorpresa inmensa». Una de las voces más críticas fue la del cofundador del partido, Luis Arana, partidario de la neutralidad en «esa guerra de españoles».

Para desmarcarse del EBB, la ejecutiva del Napar Buru Batzar (NBB) se entrevistó con el gobernador civil y le entregó una declaración -fechada el 20- que publicó el 23 de julio “Diario de Navarra”, con la no adhesión al Gobierno republicano e invalidando lo publicado en Euzkadi: «El Partido Nacionalista Vasco de Navarra, hace pública declaración de que dada su ideología fervientemente católica y fuerista, no se ha unido ni se une al Gobierno en la lucha actual, declinando en sus autores toda responsabilidad que se derive de la declaración de adhesión al Gobierno aparecida en la prensa, sobre la que podemos asegurar no ha sido tomada por la Autoridad Suprema del partido.»

El partido en Álava también se desentendió del EBB, pero no con tanto entusiasmo como en Navarra; hasta cierto punto lógico, pues en estas provincias una posición contraria al movimiento hubiese sido suicida. Por la razón que sea, muchos nacionalistas navarros, entre ellos muy reconocidos -los hermanos Aranzadi (Manuel y Jesús), Agustín Blanco, Juan Arzugaray, Julio Oteiza y Miguel Javier Urmeneta que se convertiría en alcalde de Pamplona- se incorporaron a las filas del Requeté.

Las tropas de Mola, con la célebre Columna del coronel Beorlegui, entraron en San Sebastián el 13 de septiembre de 1936, donde residía Arturo Campión. El anciano de 82 años, firmó temblorosamente una nota que envió, a través de su sobrino Santiago Ferrer, a “Diario de Navarra”, publicada en la primera plana del día 15: ¡CAMPIÓN CON ESPAÑA! «Tengo el gusto de hacer constar que liberada esta ciudad de la tiranía roja, quiero manifestar a la vez que mi protesta más enérgica por el incalificable proceder del nacionalismo vasco, mi adhesión inquebrantable a la Junta Nacional de Burgos.»

RESPUESTA A LA PREGUNTA PLANTEADA

La abrupta irrupción de la guerra incivil hizo cambiar de opinión a reconocidos nacionalistas vascos, buena parte de ellos de origen navarro; uno de los casos más sonados es el de prócer Arturo Campión, que se adhirió inquebrantablemente al movimiento. Por tanto, según todo lo dicho el hecho inicial propuesto es rigurosamente verdadero.

En la descarada imposición de la ikurriña en la Comunidad Foral Navarra, buscada con ahínco por el Gobierno de Barkos, ha creído tener una jugada maestra, a favor de sus intereses, proponiendo para la Medalla de Oro de Navarra a la terna compuesta por: Campión, Olóriz y Altadill. Ateniendo a que éstos, siendo afines al nacionalista vasco, fueron los que diseñaron la bandera oficial de Navarra en 1910. El Gobierno Foral, muy posiblemente, desconocedor del hecho histórico que hemos descrito: ha ido a por lana y ha vuelto trasquilado.

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El renegado Arturo Campión