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TRIBUNALES

El hombre que se radicalizó en una tetería de Pamplona alega que viajaba por turismo y no por yihadismo

El acusado frecuentaba la tetería Salam del barrio de San Jorge, en la que supuestamente consumiá material audiovisual yihadista junto a otros detenidos por terrorismo.

Imagen de archivo de una detención. EFE
Imagen de archivo de una detención de un presunto yihadista. EFE

Un acusado por yihadismo, que supuestamente fue radicalizándose mientras mantenía contacto con otros detenidos en una tetería de Pamplona, se enfrenta a una petición fiscal de casi 10 años de prisión por adoctrinar y trasladarse a zona terrorista.

El hombre, que fue detenido a bordo de un camión en 2016 en Irún, ha afirmado que en julio de 2016 no viajó a Turquía a combatir con el Dáesh, sino "por turismo" para visitar a un profesor con el que aprendió turco a través de YouTube.

Así lo ha dicho Allal El Mourabit durante el juicio que se celebra contra él en la Audiencia Nacional por llevar a cabo "estrategias propagandísticas" a favor del yihadismo a través de Facebook y por haber viajado a Turquía para unirse a la lucha del Estado Islámico.

La Fiscalía ha rebajado la pena solicitada de 14 años y 3 meses a 9 años y 6 meses al retirar uno de los dos cargos por traslado a zona terrorista, concretamente el del viaje que hizo en 2014, cuando este hecho todavía no era constitutivo de delito, pues lo es a partir de la ley que entró en vigor en 2015.

Cuando fue detenido, se sospechaba que podría atentar con un camión en lugares masificados como ocurrió en el atentado en Niza

RADICALIZADO A TRAVÉS DE VÍDEOS Y REDES SOCIALES

Según han expuesto este miércoles los peritos policiales, el acusado ha tenido hasta ocho perfiles de Facebook desde 2014 a través de los cuales ha ido lanzando mensajes radicales como "Sí, el terrorismo al enemigo es el deber de todo musulmán" u "¡Oh hermanos! la mejor publicación es el vídeo donde degüellan a los enemigos del Islam".

Allal El Mourabit ha negado las acusaciones y ha dicho que, para él, las cuentas de Facebook "son como calcetines, que me pongo y se caen solos", que "no es real" que 22 de sus contactos se encuentren en territorio terrorista combatiendo con el Dáesh y que "en 2014 jamás escribiría todo eso".

A través de su perfil de Facebook preguntó si alguno de sus seguidores sabía cómo contactar con Dáesh o el Frente Al Nusrah, pero en el juicio ha alegado que "no cree que lo escribiera dadas las circunstancias que estaba viviendo el mundo".

El arresto de El Mourabit se enmarcó en una investigación, que permanecía abierta desde 2013, sobre un grupo de personas que "estaban sufriendo un proceso de radicalización yihadista" y que llevó a arrestar a dos de ellas en Pamplona y en Calahorra (La Rioja), en 2015 y el pasado 26 de octubre.

Además de sus "amistades virtuales", el acusado frecuentó durante meses la tetería Salam del barrio de San Jorge, en la que supuestamente consumió material audiovisual yihadista junto a otros dos detenidos por delitos relacionados con el terrorismo.

De hecho, en diciembre de 2015 fue detenido al hombre que regentaba la tetería, un marroquí de 32 años que hacía labores de proselitismo en el establecimiento y que tenía intención de viajar a Siria para incorporarse a las filas del Dáesh, algo que también pretendía hacer el arrestado de Irún.

ALEGA "TURISMO" EN VEZ DE YIHADISMO

En 2016, viajó a Turquía haciendo parada en Zúrich, lo hizo en soledad, "con intereses turísticos" y no tomó fotografías porque le gusta "vivir las cosas en directo". Para este viaje, El Mourabit contrató una tarjeta de crédito prepago, según la Fiscalía no asociada a su cuenta corriente, y retiró unos 200 euros en efectivo cuando aun residía en Pamplona.

Las autoridades turcas lo expulsaron cuando se encontraba a unos 30 kilómetros de la frontera siria y dieron parte al Ministerio español de Asuntos Exteriores.

Fue detenido en Irún meses después de volver de Turquía mientras conducía un camión, en el que la Guardia Civil encontró manuscritos con versos y escritos yihadistas, que el acusado ha negado conocer, y dos teléfonos móviles.

El encausado ha reconocido que viajó dos veces a Turquía, una frontera por la que "pasan hasta los burros". "¿No paso yo? ¡Para volver a España y que me detengan y me destrocen la vida!", se ha quejado en su turno de última palabra.

Ha insistido en que no fue expulsado de Turquía sino que en aquel momento "hubo un golpe de Estado". "Cuando me dijeron que me fuera a mi casa, me fui para mi casa", ha añadido.

Según el fiscal, los argumentos del acusado "no pueden tener cabida porque los hechos se alejan del patrón normal de un viaje turístico". Para el representante del ministerio público, su actividad en las redes sociales, "prolongada en el tiempo y el espacio virtual", es constitutiva de delito de adoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo porque "ha demostrado su efectividad incrementando su intensidad".

Por ello, ha pedido que se le condene por los delitos de traslado a zona terrorista, autoadoctrinamiento y adoctrinamiento; y, subsidiariamente, por delito de enaltecimiento del terrorismo.

Según la defensa del presunto yihadista, no existían pruebas para imputarlo por adoctrinamiento o traslado a zona terrorista, así que lo detuvieron por temor a que atentase con el camión que conducía por trabajo.


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