El abogado sevillano Manuel Castaño Martín ha asumido la defensa de dos de los cinco andaluces procesados por la violación de una joven madrileña en los pasados Sanfermines.
Castaño toma el relevo a la abogada navarra Carmen Sala que, tras acceder el 7 de julio a la defensa de los cinco investigados, hasta la pasada semana había representado a dos de ellos, cuando anunció su renuncia por discrepancias con el resto de letrados en la forma en la que llevan este caso.
El nuevo abogado,
candidato el año pasado a la presidencia del Betis, fue condenado en 1984 en sentencia firme a ocho meses de prisión por un delito de
tenencia ilícita de armas cuando era miembro de la formación ultraderechista Fuerza Nueva y ya se encontraba entonces rehabilitado de una condena anterior por el incendio frustrado de un local de CCOO en la provincia de Huelva.
Ahora asume la defensa de
Ángel B.F. y Jesús E.D., encarcelados en la prisión de Pamplona junto a
José Ángel P.M. y procesados, igual que el guardia civil Antonio Manuel G.E y el militar Alfonso Jesús C.E., como presuntos autores de la violación de sanfermines.
Todos ellos además, salvo Ángel B.F., están siendo investigados también por un delito de
abuso sexual presuntamente ocurrido A principios de mayo durante la feria de una localidad cordobesa.
ABUSO CON BURUNDANGA
Fruto de la investigación realizada por la Policía Foral para esclarecer la violación en los sanfermines, los agentes localizaron en los teléfonos móviles de los procesados vídeos y conversaciones en varios chat que les condujeron hasta una chica de 21 años en Córdoba, de la que podían haber abusado los sospechosos después de darle una sustancia sedante conocida como burundanga.
Y es que según el auto del juez, en las imágenes se aprecia a la joven "en un estado de profunda inconsciencia" pese a
"los besos, tocamientos y risas" de los investigados, y ella misma ha declarado a la Policía Foral que accedió al asiento del copiloto del coche de un chico sevillano y ya "no recuerda más" hasta que despierta desnuda en el asiento trasero.
La chica ha denunciado ahora los hechos ante la Policía Foral ya que en su momento desistió al parecer de hacerlo en Córdoba por la falta de recuerdos precisos y porque
no le creyeron cuando contó lo ocurrido a sus amigos y supuestamente también a un agente local.
Ahora los
juzgados de Pozoblanco se encargarán de este caso, mientras el Juzgado de Instrucción 4 de Pamplona continúa la instrucción de la violación de sanfermines.
En ella un informe de la Policía Foral sostiene, tras analizar los vídeos que grabaron en Pamplona los encausados, que la joven madrileña mantuvo un
"rol pasivo y neutro", lo que refuerza el "sometimiento" que a juicio del magistrado sufrió ante la superioridad física y numérica de sus agresores.
