La Audiencia de Navarra acoge este miércoles un juicio por abuso sexual a una menor de 13 años con discapacidad en Pamplona.
La Fiscalía ha pedido para el procesado una pena de 9 años de cárcel, además de la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la víctima y de su domicilio, así como de comunicarse con ella por cualquier medio durante 10 años. También pide 6 años de libertad vigilada e indemnizar a la menor con 6.000 euros por daño moral.
Los hechos se remontan al pasado 6 de febrero de 2021, cuando el encausado, de 25 años y sin antecedentes penales, acudió a las inmediaciones del Lago de Barañáin con el objetivo de localizar a una chica menor de edad que había visto el día anterior y con quien había cruzado miradas sin llegar a hablar.
Sobre las 19.30 horas, la menor, de 13 años y con una discapacidad del 39%, bajó a la calle para comprar lo que su madre le había mandado y volvió a encontrarse con el procesado con quien nuevamente se miró. El hombre se acercó a ella e iniciaron una conversación en la que se dieron los nombres, y la menor le dijo que tenía 17 años, a pesar de que no los aparentaba, y el procesado 18, con la finalidad de atraerle.
Poco después, se metieron en un portal donde estuvieron jugando con los móviles y empezaron a besarse. Después, pasaron a otro portal donde siguieron besándose. El procesado se bajó los pantalones e hizo que la menor se bajase los suyos y la ropa interior para mantener relaciones sexuales.
Tras iniciar las relaciones sexuales, el procesado las cortó para continuar en otro lugar más íntimo. Una vez en el exterior del portal, el hombre cogió un taxi junto con la menor y se desplazaron a la habitación en la que vive él en Pamplona, donde pasaron la noche escuchando música y viendo vídeos, y donde el procesado, a pesar de saber que era menor de 16 años, mantuvo relaciones sexuales completas con ella.
Al día siguiente, el hombre fue detenido por agentes de Policía Municipal de Pamplona al haber puesto la madre de la menor una denuncia por desaparición.
La víctima está en situación de desprotección bajo la tutela del Gobierno de Navarra y actualmente reside con una familia de acogida.
