• jueves, 18 de abril de 2024
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TRIBUNALES

"Intimidación, sometimiento y humillación a la víctima en una ratonera": las 20 claves que acusan a La Manada

La Fiscalía y las acusaciones han formulado sus conclusiones sobre el juicio de la presunta violación de San Fermín en 2016. 

Ángel Boza, Jesús Escudero, José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo. ILUSTRACIÓN: GUILLÉN ZAZPE
Los cinco acusados durante la sesión del juicio celebrado este lunes en Pamplona. Ángel Boza, Jesús Escudero, José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo. ILUSTRACIÓN: GUILLÉN ZAZPE

Cerca de cinco horas es el tiempo que han empleado este lunes las cuatro acusaciones en exponer sus conclusiones finales sobre la presunta agresión sexual ocurrida en Pamplona en los Sanfermines de 2016. La fiscal Elena Sarasate, durante dos horas, ha expuesto con detalle y precisión lo ocurrido durante los 45 minutos que la joven y los cinco procesados estuvieron juntos aquella madrugada. 

El único hecho incontrovertible es que los cinco acusados y la víctima se conocieron a las 2.50 horas de la madrugada del 6 al 7 de julio en la Plaza del Castillo de Pamplona en la primera noche de los Sanfermines de 2016. Que todos llegaron hasta el portal número 5 de Paulino Caballero, donde practicaron sexo en grupo. Una vez terminado, ellos se marcharon, se llevaron el móvil de la mujer y ella salió a la calle, donde fue encontrada por una pareja que llamó a la policía. 

A partir de este momento comienza una serie de interpretaciones que las acusaciones han esgrimido para determinar que lo ocurrido no fue algo consensuando, sino que correspondió a un delito de agresión sexual (violación) con agravantes, un delito contra la intimidad de la mujer por la grabación de los vídeos y un delito de robo con violencia por la sustracción del móvil de la chica. 

La Fiscalía ha ratificado su solicitud de  22 años y diez meses de prisión para cada uno de los acusados. La acusación particular y la popular, ejercida por el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra, elevan la cifra hasta casi los 26 años de cárcel. En cuanto a las indemnizaciones por los daños morales causados a la mujer, la fiscal mantiene la cifra de 100.000 euros y la acusación llega hasta los 250.000 euros. 

Junto a la fiscal han intervenido Miguel Ángel Morán (abogado particular), Víctor Sarasa (Ayuntamiento de Pamplona) e Ildefonso Sebastián (Gobierno de Navarra).

Los cinco acusados han asistido al juicio sentados detrás de sus abogados defensores. Bien vestidos, correctos en el comportamiento, han charlado entre ellos durante la sesión. Los cinco mostraban ya el cansancio de las sesiones acumuladas durante las dos semanas de vista oral. José Ángel Prenda ha sido el que más ha negado con la cabeza cuando escuchaba algún detalle que no le convencía, mientras que Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo han llegado incluso a conversar de manera educada con los periodistas, interesados por el trabajo del dibujante que ilustra esta noticia. 

Ángel Boza, sentado a la izquierda en un extremo, ha dado la sensación de estar más ausente que sus compañeros, con la mirada perdida y nada conversador. Tanto él como Jesús Escudero han tenido un semblante más serio. 

Este es un extracto de los temas clave que las cuatro acusaciones han puesto sobre la mesa para mantener su petición de penas a los cinco sevillanos y su argumentación de que las relaciones sexuales no fueron en ningún momento consentidas, sino que se llevaron a cabo bajo "sometimiento" a la víctima. 

La fiscal Elena Sarasate durante la sesión celebrada este lunes en Pamplona. GUILLÉN ZAZPE

¿Por qué la joven llamó a un chico a las 2.57 horas? Era la persona a la que había conocido esa noche y con la que intercambió su número. Le llamó cuando llevaba 7 minutos con los procesados. Esta llamada, según las acusaciones, certifica que no quería irse con ellos, sino que buscaba quedar con el chico. Hablaron durante 25 segundos, pero el ruido y el desconocimiento de la ciudad les imposibilitó concertar la cita. 

¿De qué hablaron la joven y los cinco acusados tras conocerse? La acusación particular y la del Ayuntamiento de Pamplona han hecho especial hincapié en que no hubo ninguna conversación sobre sexo entre ellos, a pesar de que los procesados declararon que nada más iniciar la charla sacaron el tema sexual y, siempre según su versión, ella aseguró que "podía con los cinco". Las acusaciones han mantenido que eso es falso, porque la joven siempre habló de cuatro hombres, no de cinco. "Hablaron de fútbol, de tatuajes, pero en ningún caso de contenido sexual", ha asegurado la Fiscal. 

"La versión de los acusados es insólita". Para las acusaciones, es imposible de creer que una chica de 18 años, con un nivel universitario y con una experiencia sexual "normal" acceda a mantener sexo con cinco desconocidos a los 15 minutos de conocerlos y practicando acciones sexuales inéditas para ella. Todo ello sin preservativo ni protección alguna. "Lo que ocurrió es lo que ellos dicen que hacen de forma habitual, no lo que ella hace". 

¿Un recorrido en grupo o en solitario? Las Fiscalía ha señalado que, si todos salieron en busca de un lugar para mantener sexo, no se puede entender por qué en las imágenes captadas por las cámaras de seguridad se comprueba que no iban en un "grupo compacto", sino que caminaban por separado. "Ella demostró ya su incomodidad" y buscaba regresar a su coche, aparcado en el Soto de Lezkairu.

Los tres magistrados que juzgan el caso: Ricardo González, José Francisco Cobo y Raquel Fernandino. GUILLÉN ZAZPE

¿Hubo violencia para acceder al portal? Las acusaciones han empleado en sus conclusiones los términos "violencia mínima" o "violencia necesaria" para explicar cómo accedió la víctima al portal. "La cogieron del brazo, le taparon para que no gritara", han mantenido. "Ella entra porque no se espera nada malo, porque todo era normal y no se podía esperar nada de lo que le iba a ocurrir en el interior". 

¿Hubo un beso previo con uno de ellos y con qué fin? La chica reconoció que se besó con uno de ellos justo antes de entrar al portal. "Fue la manera de distraerla para que ella no se diera cuenta de lo que preparaban. De esta manera uno de los acusados consiguió acceder al portal y franquear el paso al resto del grupo. Los que venían detrás aceleraron el paso para poder llegar al interior", han señalado. 

Visionado de vídeos. La fiscal ha insistido en que los 96 segundos grabados reflejan con exactitud el relato de la víctima. "Ella actúa con pasividad, con un bloqueo. Eso es lo que se ve. Ella no tiene ninguna conducta activa durante ese tiempo ni participa en nada. No sonríe, no hay miradas, ni palabras suyas". 

No hay motivos para denunciarles. Otro de los puntos explotados por las acusaciones ha sido la inexistencia de un motivo de la joven para denunciarles. "No hay ningún motivo espurio, ya que los acababa de conocer, no sabía ni siquiera sus nombres o no tenía explicación alguna para denunciarles si las relaciones sexuales habían sido consentidas. Tampoco la excusa del robo móvil es definitiva, porque la joven explica que ha sido agredida sexualmente a los ciudadanos que la socorren cuando la encuentran llorando en la calle". Han destacado también que la mujer no forzó su testimonio, que fue espontáneo si necesidad de exagerar su versión. 

Los audios de colaboración y el tono imperativo. La Fiscal ha relatado que en los audios que se pueden escuchar en el momento de las relaciones sexuales son siempre de "colaboración" cuando hablan entre los hombres, mientras que se utiliza un tono "imperativo" cuando se dirigen a la mujer. "Vamos a organizarnos", "No la levantes tanto", "¿Quieres que te la meta?", son algunas de las expresiones utilizadas por los cinco procesados cuando hablan entre sí. "Cómeme eso", "Chupa aquí" o "No chille", son las frases que los acusados le dirigieron a la mujer. 

Los vídeos no son consecutivos y no hay consentimiento. Las acusaciones han incidido en que los 7 fragmentos de vídeos no son correlativos y fueron grabados en varios momentos distintos de los más de 15 minutos que permanecieron en el rellano del portal. "Esto resume que no hubo un momento de consentimiento que no se reflejó en las grabaciones, sino que en todo momento ella mantiene la misma actitud de ojos cerrados y pasividad. Ella no colabora, no se encuentra activa".

Una visión general de la sala, con los magistrados y la fiscal, a la izquierda. GUILLÉN ZAZPE

¿Por qué no existe atisbo de defensa en la mujer durante la agresión sexual? "Para evitar males mayores". Según las acusaciones, los agresores hubieran utilizado más fuerza si la joven hubiera dado alguna muestra de negarse a los actos sexuales. Por este motivo, decidió dejarse llevar y no empeorar la situación, "esperando que todo acabase de la forma más rápida". Para el abogado del Ayuntamiento de Pamplona, los cinco acusados actuaron como "un mecanismo engrasado y empezaron la agresión de forma inmediata".

¿Tuvo ella la posibilidad de huir del lugar? Las acusaciones han significado la estrechez del lugar donde "sometieron" a la víctima, un espacio de 2'73 metros de largo y con una anchura que no superaba el metro y medio. "Ella no tenía escapatoria, el lugar era una auténtica ratonera. Bastaba con que uno de ellos se colocara en la salida para impedir su marcha. Además, todos ellos superaban en peso y envergadura a la mujer, por lo que la intimidación física era evidente".

¿Por qué no hay lesiones en el cuerpo de la mujer? Se ha referido a la ausencia de marcas en el cuerpo y en las partes íntimas de la mujer. "Entre el 30 y el 50% de las relaciones no consentidas no tienen lesiones, al igual que en el caso de las penetraciones anales. Además, no se actuó con especial violencia porque la mujer no opuso resistencia y se dejó hacer", han asegurado. Ella accedió al portal de manera "sorpresiva", no fue necesario aplicar "una violencia extrema ni inusitada, sólo la necesaria". 

¿Sabía la víctima que le grababan en vídeo? "No tenía consentimiento ni conocimiento. No le preguntaron y ella se mantuvo siempre con los ojos cerrados. Cuando miró, lo único que acertó a ver fueron algunos tatuajes y el cuerpo de los acusados. Se atentó contra la dignidad de la víctima con unas grabaciones que, además, se pretendían difundir luego entre los amigos en los chats de WhastApp". Las acusaciones han puesto en duda la declaración de una policía municipal que en la vista oral declaró que la mujer sí sabía que le grababan, pero que no se reflejó en el atestado. "No tiene credibilidad. Seguro que las defensas quieren ahora utilizar ese argumento como causa o motivo de la denuncia de la mujer", han resuelto. 

La duda del uso de drogas y la negativa del tribunal. El abogado del Ayuntamiento de Pamplona ha tratado de explicar el posible uso de una sustancia llamada popper, una especie de droga líquida que relaja la musculatura y que podría explicar la ausencia de lesiones. El tribunal no lo va a tener en cuenta y los abogados de la defensa han protestado ya que en el análisis toxicológico practicado a la mujer no apareció ninguna sustancia. 

¿Coinciden los policías, peritos y forenses sobre el estado de la mujer? Es uno de los temas más resaltados por las cuatro acusaciones. Tanto los primeros policías que atendieron a la mujer, las trabajadoras sociales y los forenses que la examinaron han determinado que su comportamiento correspondía con el de una víctima de una agresión sexual, que mantuvo coherente su discurso, que lo ha mantenido, con algunos matices, de manera correcta y que no ha variado las explicaciones. Además, han reseñado que le costó hablar para contar los hechos, que estaba llorosa y que ha sufrido estrés postraumático tras lo ocurrido. 

Ella no dijo no a las relaciones sexuales. La fiscal ha criticado que se pretenda cargar sobre la víctima el no haberse negado a las relaciones. "Es algo que le corresponde conocer a quien lleva a cabo la acción, no se puede excluir de su responsabilidad. Le deberían haber preguntado a ella si quería tener esas relaciones". 

¿Por qué se califica el delito de agresión sexual como "continuado"? Así lo piden las acusaciones al considerar que todos participaron de los hechos y fueron varias las agresiones sexuales seguidas en las que participaron los cinco acusados. La jurisprudencia del Tribunal Supremo tiende a considerar el delito continuado en lugar de aplicar 5 delitos de agresión sexual a cada uno, por lo que las penas solicitadas no son tan altas. De la misma forma, las acusaciones han considerado que todos fueron conocedores del robo del teléfono móvil de la chica, que estaba guardado en la riñonera de la mujer. Todos actuaron de una manera concertada. 

¿Por qué se llevaron el teléfono móvil de la mujer? Coinciden en señalar las acusaciones que el único objetivo era dejar a la víctima incomunicada, desnuda, en una ciudad que no conocía. "Le quitaron además la tarjeta SIM para evitar ser geolocalizados a través de la señal del teléfono", han explicado. "Cuando vieron que les buscaban lo primero que hicieron fue deshacerse del teléfono nada más salir de la plaza de toros, en la zona de Labrit".

¿Qué situaciones agravantes consideran las acusaciones? Especialmente que la acción haya sido conjunta, con penetraciones simultáneas, algo que consideran humillante y vejatorio para la mujer. Junto a ello, le obligaron a practicar acciones se sexo no habituales. "Fue al final de todo, el corolario a la humillación de la víctima", ha asegurado el abogado del Ayuntamiento de Pamplona. 


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