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TRIBUNALES

Uno de los condenados por el triple crimen de Cáseda pide perdón: "Perdí la cabeza cuando me pegaron"

La fiscalía y la acusación particular han pedido la nulidad de la sentencia para que el tercer implicado también sea condenado.

Juan Carlos Jimenez Jimenez (padre) junto a Juan Carlos Jimenez Jimenez (hijo) durante el segundo día de juicio del caso Cáseda, donde fueron asesinadas tres personas por tiros de escopeta en septiembre de 2018. PABLO LASAOSAPABLO LASAOSA
Juan Carlos Jimenez Jimenez (padre) junto a Juan Carlos Jimenez Jimenez (hijo) durante el segundo día de juicio del caso Cáseda, donde fueron asesinadas tres personas por tiros de escopeta en septiembre de 2018. PABLO LASAOSAPABLO LASAOSA

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha escuchado este viernes en vista oral los argumentos de los recursos de apelación interpuestos contra la sentencia dictada por un triple crimen perpetrado en Cáseda, que condenó a un padre y a su hijo a prisión permanente revisable y absolvió a otro hijo.

La fiscalía y la acusación particular han pedido la nulidad de la sentencia para que el tercer implicado también sea condenado, mientras que la defensa del padre pide rebajar a asesinato la condena por tres homicidios y que no se aplique la pena de prisión permanente revisable, y la defensa del hijo condenado pide su absolución o la repetición del juicio por contradicciones en el veredicto.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2018 en Cáseda, hasta donde acudieron los inicialmente tres acusados, Juan Carlos J., de 53 años, y sus hijos Juan Carlos (absuelto) y Emilio, de 22 y 17 años en aquel momento, a su vez padre y hermanos de Amparo, quien vivía en la localidad con su marido Julián, con quien había tenido desavenencias.

Al llegar a la localidad, los tres en el mismo coche en el que portaban dos escopetas y varias armas blancas, discutieron con la pareja y llegaron a intercambiar golpes y bofetadas, aunque en el lugar también estaban el padre y dos hermanos de Julián, que posteriormente fueron las víctimas mortales, Fermín Jiménez, de 51 años, y sus hijos Cristian, de 16, y José Antonio, de 29 años.

Así, en un momento dado Juan Carlos padre pidió a su hijo Emilio, con la frase "saca, saca", que le facilitara una de las escopetas que portaban en el coche, con la que disparó y mató al padre y dos hermanos de su yerno, para posteriormente huir del lugar en el vehículo junto a sus hijos, aunque poco después les interceptó la Policía foral.

Los hechos fueron evaluados el pasado mes de mayo en un juicio con jurado popular, que declaró al padre, Juan Carlos J., culpable de tres asesinatos, y a su hijo Emilio culpable de cooperar "de un modo relevante" en las tres muertes por atender al requerimiento de sacar el arma y facilitársela.

Además, el jurado declaró inocente al otro hijo, Juan Carlos, al no ver probado que interviniera en los preparativos para que la escopeta estuviera cargada.

La sentencia posteriormente redactada por el magistrado presidente del juicio, el de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra, condenó a los dos culpables a las primeras penas de prisión permanente revisable impuestas en Navarra.

Tras presentar los recursos, la Sala de lo Civil y Penal ha celebrado la vista para escuchar a las partes, de forma que tanto el Fiscal Superior de Navarra como la acusación particular han argumentado su petición de nulidad de la sentencia -sin repetición del juicio- en el conocimiento y por tanto "pacto" que aseguran tenían los tres encausados para ir hasta Cáseda con las armas y la posibilidad de utilizarlas como finalmente se hizo, lo que supondría la coautoría de los tres y anularía la absolución de uno de ellos.

Ambos también han negado cualquier "contradicción" entre el veredicto y la sentencia, en la que el presidente del juicio no recogió algunos hechos declarados por el jurado, si bien la acusación particular ha pedido que se añadan ahora en la relación fáctica de la sentencia, ha dicho tras incidir en cualquier caso en el "reparto de papeles" y el "acuerdo" de los tres encausados para acudir a Cáseda a agredir a Julián y a su familia.

La abogada del padre ha incidido en la "actuación errónea" del magistrado que presidió el juicio y en la negativa en aquella vista una de sus preguntas para dirimir la existencia o no de dolo como causas de "indefensión" para sostener su recurso, a la que ha sumado la "desmesurada" aplicación de la pena más grave -la prisión permanente revisable- a su patrocinado, "pensada para otro tipo de delitos, retorcidos y atroces".

La defensa del hijo condenado ha pedido además de la anulación de la sentencia la celebración de un nuevo juicio con distinto tribunal del jurado, por entender que no hubo actuación delictiva ni dolo en la actuación de Emilio J., al que con 18 años recién cumplidos se le ha condenado a prisión permanente revisable "con una prueba tan endeble" como la frase "saca, saca" que le dirigió su padre y de la que se ha colegido que el joven respondió conscientemente facilitándole una escopeta cargada.

En cuanto a la defensa del tercer encausado, absuelto en primera instancia, ha pedido la desestimación de los recursos de fiscal y acusación particular por "querer retorcer los hechos para meter en prisión toda su vida a un persona" basándose en que declararon llevar las armas "para ser utilizadas en el caso de que fuera necesario".

A juicio del letrado esto podía ser para defenderse y no con el objetivo inicial de matar, que si hubieran tenido lo hubieran evidenciado bajando directamente del coche armados, ha dicho para asegurar además que "brilla por su ausencia el pretendido pacto al que se refieren fiscal y acusación particular" para argumentar la coautoría de los tres encausados.

PIDE "PERDÓN" POR LA TRAGEDIA

Juan Carlos J., condenado a prisión permanente revisable por el asesinato de tres familiares de su yerno en 2018 en Cáseda ha pedido perdón a los allegados, ha exculpado a sus dos hijos (uno de ellos condenado con él y el otro absuelto) y se ha atribuido en exclusiva la autoría de "una tragedia" que ocurrió al "perder la cabeza cuando me empezaron a pegar".

En su turno, y por videoconferencia desde la cárcel de Salamanca, Juan Carlos J., de 53 años, ha pedido "perdón a la familia de los fallecidos y también a mi familia por haber sufrido esta tragedia que no tendría que haber sucedido", aunque ha discrepado de la versión que han sostenido el fiscal y la acusación particular y uno de los testigos de los hechos.

"Reconozco los hechos, yo he disparado, pero no fue premeditado, mis hijos no tienen nada que ver y el que disparó fui yo" y también quien sacó la escopeta del coche, porque "si alguien te está pegando te tienes que defender", ha dicho el principal acusado y después condenado a la máxima pena en España junto a su hijo Emilio.

Al respecto, ha dicho: "Yo lo acepto, pero mi hijo no tiene por qué tener esa condena. No es normal que a un chaval de 18 años le metan en prisión para toda su vida".

También ha intervenido su hijo Emilio, "condenado injustamente", ha considerado, gracias a que su propio cuñado "es un mentiroso" y a las "contradicciones" de una testigo, ha señalado para lamentar sobre las víctimas: "Ellos llevan tres años muertos y nosotros tres años muertos en vida".


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