• jueves, 28 de marzo de 2024
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TRIBUNALES

El teniente apaleado en Alsasua, en el juicio: "Temí por mi vida, los golpes en la cabeza no cesaban nunca"

El teniente ha ofrecido un testimonio estremecedor de cómo los abertzales les rodearon y atacaron por ser agentes de la Guardia Civil. 

Segunda jornada de juicio en la Audiencia Nacional por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua en 2016. PABLO LASAOSA (3)
Segunda jornada de juicio en la Audiencia Nacional por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua en 2016. PABLO LASAOSA

Un testimonio estremecedor. El teniente de la Guardia Civil apaleado en Alsasua por más de 30 radicales vascos ha prestado declaración este martes en la Audiencia Nacional de Madrid, en la que ha reconocido a los cabecillas de la agresión entre los ocho acusados que se sientan en el banquilllo

"Temí por mi vida, los golpes en la cabeza cuando estaba en el suelo no cesaban nunca", ha declarado sobre el momento vivido en la madrugada del 15 de octubre en el bar Koxka de Alsasua. 

El sargento reconoció en el lugar a los principales acusados, Jokin Unamuno, Adur Ramírez de Alda y Ohian Arranz, algo que ha ratificado en la sesión celebrada este martes. Unamuno, además, portaba una boina característica, lo que hizo sencillo poder seguirle la pista aquella noche. 

Los ocho acusados han podido seguir en el interior de la sala del agente, que tenía 25 años cuando ocurrieron los hechos. Las defensas de los ocho vecinos de Alsasua han intentado que las imágenes y los audios del juicio no pudieran ser retransmitidas por los medios de comunicación, algo que sí ocurrió durante la declaración de sus defendidos. Su propuesta no ha prosperado. 

El teniente, a preguntas de la Fiscalía y las acusaciones, en todo momento ha reseñado que no medió ningún otro problema para el agresión y que el único motivo para que les agredieran los abertzales fue su pertenencia a la Guardia Civil. 

El teniente ha explicado sus meses previos en Alsasua, localidad en la que llevaba destinado un año cuando ocurrió la agresión. Desde el mes de abril salía con una chica de la localidad, algo que comenzó a general problemas a la familia de la chica por relacionarse con un Guardia Civil. 

Durante los meses anteriores identificó en varios ocasiones a Jokin Unamuno como uno de los cabecillas del movimiento Alde Hemendik y Ospa Eguna, que perseguían el hostigamiento y la expulsión de la Guardia Civil de la localidad. 

En la noche del 15 de octubre invitó al sargento, que acaba de llegar destinado a Alsasua, y a su pareja a cenar y a tomar unas copas en la localidad. Después de la sobremesa acudieron al Bar Koxka a tomar unas copas. "No era un lugar peligroso ni de ambiente abertzale". 

Fue entonces cuando comenzó la agresión, después de que varias personas lo reconocieran en el locad. Jon Ander Cob fue el primero que le señaló como "madero" en los baños del local. 

"Fui al servicio y al salir de allí, en una zona muy estrecha, allí me encuentro al chico con complexión atlética, que lo había visto en concentraciones de Alde Hemendik y Ospa y me pregunta si soy madero. Le digo que sí, pero que estoy de tiempo libre. Me contesto que menos tiempo libre. Yo consigo zafarme del lugar y se me pone delante otro chico con pelo rapado, me corta el paso. Después nos lanzan un chupito de plástico vacío. No le dimos más importancia, no merecía la pena", ha explicado sobre los momentos previos. 

"Al poco tiempo vi entrar por la puerta a Jokin Unamuno con varias personas. Viene directamente al grupo donde estamos nosotros. Se refiere directamente al sargento, le acerca mucho la cara a él. A Jokin le dije que se fuera a otro lugar, que estábamos en nuestro tiempo libre. Él se pone agresivo, se pone muy cerca de la cara, dice que su abuelo también era Guardia Civil y me pregunta por qué conocía su nombre completo. Desde ese momento empieza el jaleo, empujones, la chica que iba con él (Unamuno) empuja a Mª José, me empiezan a golpear por la espalda y en la cabeza", ha relatado en primera persona el teniente. 

Al poco tiempo el chico que le había parado en el baño (Jon Ander Cob) se puso a su izquierda y luego a su espalda. "Empecé a recibir golpes, desde que Jokin se encara conmigo. Según me doy la vuelta recibo patadas y pueñetazos y veo que a mi novia la están zarandeando. Decidimos salir del bar, se crea una especie de pasillo donde seguimos recibiendo patadas y puñetazos", ha relatado. 

El teniente ha declarado que cuando salían del local hizo frente a las personas que estaban en el interior porque no esperaba más violencia en el exterior. "Allí veo bien a Adur y a otro que directamente nos dan puñetazos al sargento, a mi novia y a mí. Nos pegaban directamente", ha indicado. 

"Luego comienzo a salir por la doble puerta del bar y ya en la segunda puerta, empiezo a recibir muchos más golpes, me aturdo, caigo al suelo y empiezo a sangrar. Allí no recuerdo más que golpes, en el suelo todos a la cabeza. Nos estaban esperando.  Caí al suelo porque la pierna ya no me respondía por los golpes, era tan constante la agresión. Me desplomé. Tenía mucho dolor. La única vez que cesó algo fue cuando llegó la Policía Foral.".

"Nadie nos intentó ayudar. Nadie se acercó a mí. La única que tenía cerca era mi novia, que se ponía encima de mí, me abrazaba, me cubría, pedía que pararan. Sólo la recuerdo a ella. Nadie echaba un cable o intentaba parar la situación", ha expresado. 

El teniente ha reconocido que tuvo miedo sobre lo que terminaría pasando. "Temí por mi vida, perdí la noción de estar allí, estaba en el suelo, no paraban, temía por el sargento y su novia y no podía hacer nada. No me podía defender, los golpes llegaban de todos lados y no cesaba. No podía salir de allí", ha declarado. 

En su declaración ha indicado que los agresores eran plenamente conscientes de lo que estaban haciendo, que habrían bebido, pero que les reconocieron bien y que no hubo nada que ellos pudiera provocar el altercado. "De hecho estábamos un poco apartados en el bar".

"Desde el primer minuto sabían que era Guardia Civil, como los encargados del local. A Mª José la conocían seguro y sabían que era mi novia. Y el que me paró en el baño lo sabía", ha explicado para explicar cómo les reconocieron y cómo les agredieron exclusivamente por ser policías. 

El teniente ha identificado como autores de los golpes a, al menos, cinco de los acusados, mientras que a los otros tres los ha ubicado en el lugar, participando en los hechos, pero sin poder precisar si golpeaban o no. 

"No entiendo si no me conocían, por qué me querían expulsar, cuando yo estaba dando un servicio a los navarros", ha dicho. 

Sobre sus lesiones, la fractura en el tobillo le obligó a una operación de urgencia en la que le colocaron varios tornillos, así como la reconstrucción del labio. 

El teniente también ha expresado sus dudas de que el incidente "fuera espontáneo", sino más bien "hubo una preparación previa, al menos para avisarse", cuando ellos no provocaron ni usaron "malas palabras en ningún momento".

A raíz de la agresión, ha relatado que tuvo que "romper abruptamente" con su destino, Alsasua, donde le quedaba "trabajo por hacer".

Según ha dicho, allí cumplía la ilusión de su vida, trabajar, pero tuvo que marcharse y estuvo ocho meses de baja después someterse a una operación de tobillo a raíz de la cual, ha dicho, tuvo que aprender a andar de nuevo.


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