Jaime Ubillos Minondo, decano en Navarra desde el pasado mes de abril, participó junto al resto de procuradores que forman parte del pleno del Consejo General de Procuradores de España.
El decano del Colegio de Procuradores de Navarra, Jaime Ubillos Minondo, participó recientemente en la recepción ofrecida por el rey Felipe VI al pleno del Consejo General de Procuradores de España.
La cita tuvo lugar el 10 de octubre en el Palacio de la Zarzuela y estuvo encabezada por Juan Carlos Estevez Fernández-Novoa, presidente del Consejo General de Procuradores de España.
Según informó la Zarzuela en un comunicado, su majestad el Rey recibió en audiencia a los procuradores con motivo del aniversario de la primera edición del “Premio Procura Española”, por su labor y compromiso con la unidad del Estado en el desarrollo de las funciones que le atribuyen las Leyes y la Constitución, especialmente, en el ámbito de la Justicia.
Los Colegios de Procuradores son una corporación de derecho público integrada por quienes ejercen la profesión de Procurador en los Tribunales. Todos los asistentes posaron en una foto de grupo con el monarca, con el que pudieron departir durante unos minutos.
Sus fines fundamentales son ordenar el ejercicio de la profesión de Procurador, asumir la representación de la Procura, defender los intereses profesionales de los procuradores, Velar por la observancia de la deontología profesional y por la protección de los intereses de los consumidores y usuarios de los servicios profesionales de sus colegiados, colaborar activamente en la obtención y acreditación de la capacitación profesional de los procuradores y promover la calidad de la actividad profesional de sus colegiados mediante la formación continuada y colaborar, promover y mejorar el funcionamiento de la Administración de Justicia, así como prestar los servicios que las leyes procesales y orgánicas le encomiendan.
La función que desempeña el Procurador en el funcionamiento de la Justicia es fundamental, al ostentar la representación del aquel que se somete a la acción de los tribunales de justicia, ya que actúa como garantía jurídica de la parte a la que representa, y de aquellos con los que colabora en la función de administrar justicia. Facilita, de esta forma, la labor del Abogado y del Juez-Tribunal, procurando con su actuación agilizar la justicia y ejerce de vínculo entre ellos y el justiciable.
