• jueves, 18 de abril de 2024
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TRIBUNALES

El fiscal pide 3 años de prisión para la mujer que abandonó a sus tres hijas en casa en unas condiciones infrahumanas

Las pequeñas, de un mes de vida, uno y dos años, fueron halladas en el piso sucio en el que residían: estaban semi desnudas y sin calefacción.

Palacio de Justicia de Oviedo, donde se celebrará el juicio.
Palacio de Justicia de Oviedo, donde se celebrará el juicio.

El juicio contra la mujer acusada de abandonar a sus tres hijas en su casa de Oviedo en diciembre de 2014, se celebrará este viernes 7 de octubre de 2016 en el Juzgado de lo Penal número 4 de Oviedo. El juicio, que tenía previsto celebrarse el pasado mes de julio, quedó entonces suspendido porque la procesada cambió de abogado.

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita una condena de 3 años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad y de los derechos de guarda de cualquier menor o persona con discapacidad durante diez años.

La acusada es la madre de A (nacida el abril de 2012), B (nacida en mayo de 2013) y C (nacida en noviembre de 2014), con quienes convivía en Oviedo y de quienes ostentaba la patria potestad en exclusiva al no tener las menores padre reconocido.

La Fiscalía sostiene que, sobre las 22.00 horas del 18 de diciembre de 2014, la acusada abandonó la vivienda, dejando en ella solas a las tres niñas: a C la dejó vestida únicamente con un pañal en una cama matrimonial y sin cubrir por cobertor alguno. Y a A y B las dejó solo con un pañal y una camiseta, descalzas, en el salón de la casa.

El piso carecía de calefacción y estaba en deficiente estado de conservación, sucio y desordenado, con fuerte olor a excrementos y orines.

Al oír el llanto del bebé durante horas sin que nadie le calmara, una de las vecinas del inmueble llamó a la policía a las 4.40 horas del ya día 19. Los agentes se personaron en el domicilio de la acusada y, tras llamar al timbre y no abrir nadie, entraron en la vivienda a través de la puerta de la cocina, que se encontraba abierta y comunicaba por un patio con otro piso, cuya propietaria les facilitó el paso.

Una vez en el interior, los agentes cubrieron a C con una manta para darle calor y la tranquilizaron. Seguidamente entraron en el salón, donde A y B estaban sentadas cada una en un sillón, despiertas, sucias, descalzas y apenas vestidas. B tenía además una lata de cerveza en sus manos. Las menores se encontraban solas en el domicilio, al menos, desde seis horas antes.

Las niñas estaban deficientemente atendidas por la acusada desde mucho tiempo atrás. Así, A era extremadamente delgada, hasta el punto de que se percibía en todo su cuerpo el esqueleto óseo y las articulaciones, tenía mirada ausente y huidiza, realizaba balanceos corporales en todas las posiciones, se tiraba del pelo, que presentaba extensas áreas de alopecia y eritemas, y tenía cicatrices en el área del pañal y cara interior de los muslos por escaso cambio del mismo.

Asimismo se le diagnosticó de anorexia reactiva por el estrés sufrido durante la convivencia con su madre. B también mostraba eritemas y cicatrices en el área del pañal y cara interna de los muslos, rechazaba el contacto físico y la proximidad, manteniéndose aislada, balanceándose y mesándose el cabello. Por su parte, C presentaba escasa ganancia de peso.


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