Ha pasado en prisión nueve años y ocho meses de la condena de 12 años y medio que se le impuso por un delito de homicidio.
José Diego Yllanes Vizcay, el hombre que asesinó durante los sanfermines del año 2008 a la joven Nagore Laffage, ya ha accedido a la libertad condicional. Lo último que se sabía de él es que solo debía acudir a la prisión para pasar la noche, pero, según ha desvelado el diario ABC, el pamplonés ya ni siquiera tiene que dormir en prisión.
Aunque fue condenado a 12 años y medio de cárcel por un delito de homicidio, Yllanes ha accedido ya a la libertad condicional, que es la última fase de su condena. Una pena que finalizará en el año 2020, momento en el que podrá volver a ejercer en la sanidad pública como psiquiatra, la profesión que estaba ejerciendo cuando asesinó a la joven de Irún la primera noche de los Sanfermines de aquel año.
La titular del juzgado de vigilancia penitenciaria número 2 de Madrid, Mercedes Fernández Faraldo, le concedió el acceso a esta fase el 7 de marzo, en una decisión que no puede ser recurrida por la Fiscalía, por lo que, según informa el citado diario, se convirtió en firme el pasado día 16.
Como se recuerda, Yllanes fue condenado por la Audiencia Provincial de Navarra como responsable de un delito de homicidio, con la circunstancia de agravante por un abuso de superioridad hacia Laffage, de 20 años, y las atenuantes de reparación y de intoxicación etílica. Asesino y víctima trabajaban en el mismo lugar, la Clínica Universitaria de Navarra, él haciendo la residencia de psiquiatría y ella, como enfermera. Pero nunca habían hablado hasta esa fatídica noche del 7 de julio.
Según fuentes jurídicas apuntadas por ABC, la magistrada ha argumentado para conceder a Yllanes la libertad condicional, que cumple con todos los requisitos legales: haber cumplido tres cuartas partes de la condena, encontrarse en tercer grado penitenciario y disponer de un informe favorable de reinserción social.
TRABAJANDO EN MADRID
Por tanto, el navarro ya no debe volver a dormir todas las noches al Centro de Inserción Social que le corresponde en Madrid (pasó la mayor parte de su condena en la cárcel de máxima seguridad de Zuera, en Zaragoza), sino que tan solo debe presentarse allí mensualmente.
Nueve años y 8 meses después de haber asesinado a Nagore Laffage, Yllanes ya pisa la calle con total libertad. Lo último que se había sabido de él es que, después de permanecer en prisión ocho años y 11 meses, se le concedió el tercer grado. Un régimen de semilibertad durante el que comenzó a trabajar en un centro de psiquiatría. Ese hecho generó tanta polémica que el director de la clínica en Madrid que le dio el empleo, Carlos Chicana, manifestó que "solo colaboraba en tareas de ayuda a la investigación", indica ABC.
