La sentencia le impide residir en la Comunidad foral durante 5 años y, además, ha sido condenado a 21 meses de prisión.
Un hombre ha sido desterrado durante cinco años de Navarra por la humillación a la que sometía a su pareja de manera constante durante su relación: "Si quiero te mato, cojo esa barra y te rompo el cuello en mil pedazos", le llegó a decir para intimidarla.
Junto a la pena de no poder residir en la Comunidad foral, la juez del Juzgado de lo Penal nº 5 de Pamplona le ha condenado a 21 meses de prisión por un delito de maltrato, así como la privación del uso de armas durante 5 años.
Además, el condenado no podrá aproximarse a su víctima a menos de 500 metros ni podrá contactar por ningún método y deberá indemnizarla con 3.000 euros por los daños morales causados.
El hombre se encuentra ya en prisión por otros asuntos y ha aceptado la condena, por lo que la sentencia es firme. Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaban en un primer momento hasta 5 años de prisión.
El acusado mantuvo una relación con su novia desde el año 2011. Según la sentencia, desde el inicio de la relación, el acusado le sometió a la mujer a "vejaciones y humillaciones de forma constante" con la intención de doblegar su voluntad.
Según la juez, estas imposiciones las llevaba a cabo mediante una actitud "agresiva e intimidante", a través de insultos, agresiones (agarrones de pelo, puñetazos y zarandeos); amenazas de causarle daño; y a través de conductas de control de su actividad, hasta el punto de hacerle llamadas constantes llegando a un total de 203 entre el 27 de mayo y el 14 de junio de un mismo año.
El acusado le hacía preguntas sobre lo que hacía, dónde estaba, con quién estaba, exigiendo que se lo demostrase con fotos, mediante llamadas a otros teléfonos; le revisaba el móvil, etc. En algunos casos le decía que le enseñara si se había depilado para otro o le amedrentaba diciéndole que se iba a suicidar si le dejaba.
En junio de 2016, quedaron en Huarte y durante la cita el ahora condenado le acusó de mantener otra relación, comenzó una discusión en la que el acusado le dio un puñetazo, le agarró del pelo, la zarandeó, la arrojó al suelo, a la vez que le decía que le iba a romper la nariz.
Sólo unos días después de estos hechos, volvieron a estar y tras una nueva discusión el acusado le dijo que se merecía "que le partieran el cuello".
