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TRIBUNALES

Denuncian la apertura encubierta de una mina de potasa en Undués de Lerda

El sector denominado "Mina Muga", está principalmente en Undués de Lerda pero afecta también a territorio navarro.

Undues-de-lerda
Undués de Lerda.

La Plataforma Unitaria contra las Minas de Potasa en la Val d'Onsella y la Sierra del Perdón (entre Aragón y Navarra) ha denunciado que la apertura de una galería de investigación por parte de la empresa Geoalcali en Undués de Lerda (Zaragoza) supone una "apertura encubierta".

Por ello, dicha plataforma ha anunciado que va a presentar alegaciones ante este proyecto, que salió a información pública el pasado mes de noviembre, ya que todavía no ha recibido ninguna declaración de impacto ambiental.

Se trata del proyecto "Mina muga", uno de los varios planes para la extracción de potasa presentados por la empresa Geoalcali y su matriz australiana Highfield Resources, ha explicado en rueda de prensa Marta López, miembro de la plataforma.

Según López, la división del proyecto inicial, que comprendía unos 550 kilómetros cuadrados desde la Sierra del Perdón, en el entorno sur de Pamplona, Sangüesa, hasta las localidades aragonesas de Undués de Lerda, Pintanos o Bailo, en varios sectores, se debe a una estrategia de la empresa para "puentear" a las administraciones y poder ver así rebajadas las exigencias medioambientales.

El sector denominado "Mina Muga", principalmente en Undués de Lerda (Zaragoza), pero que afecta también a territorio navarro, es el más avanzado de todos ellos, ya que de la fase de investigación han pasado a tener permiso para abrir una galería de investigación, contra la que presentan las alegaciones.

Además de creer que esta galería supone una apertura encubierta de la mina, desde la plataforma han asegurado que Geoalcali pretende dar la sensación de que ya tienen todos los permisos para la explotación, dado que todavía les faltan dos de los cuatro inversores necesarios para acometer el proyecto, y por eso hablan ya de "bocaminas" o de inicio de actividad en la primavera de 2016.

Desconfían también de las dimensiones de la galería, de más de 2.500 metros de longitud, 362 de profundidad y para la que serían necesarios unos 20 meses de trabajo, algo que no consideran como una mera investigación, así como que tampoco incrementaría el conocimiento de la zona para una eventual explotación.

Para Óscar Pueyo, doctor en Geología por la Universidad de Zaragoza (UZ) y parte del equipo que ha colaborado en la redacción de las alegaciones, en el proyecto hay una "gran cantidad de deficiencias e imprecisiones", lo que denota un "bajo interés en hacer bien las cosas" por parte de la compañía, a lo que Marta López ha añadido que, unido a la falta de experiencia previa en el sector tanto de Geoalcali como de su matriz australiana, hace pensar que sus intereses sean "meramente especulativos".

Entre las razones que han esgrimido para justificar su negativa al proyecto han señalado que sería "tremendamente destructivo" con el entorno, que condicionaría a ambas Comunidades Autónomas en sus políticas de ordenación del territorio en función de un proyecto privado y con un beneficio particular, o el riesgo de salinización de las aguas superficiales y de los acuíferos de la zona, ya que el residuo que genera la extracción de potasa es sal.

A todo ello, López ha sumado la contaminación, el colapso de las carreteras con 512 vehículos al día, el peligro de hundimientos en el terreno y en las propias galerías, el riesgo sísmico o la proximidad con el embalse de Yesa, colindante a "Mina Muga".

Por todos estos motivos han exigido que la declaración de impacto ambiental, que compete al Gobierno central al afectar a dos Comunidades Autónomas, sea negativa y que, por tanto, se paralice el proyecto. 


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