• jueves, 28 de marzo de 2024
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TRIBUNALES

Acosada sexualmente por su cuñado: una vecina de la Zona Media consigue poner fin a años de persecución

El marido de su hermana, un hombre de 63 años, ha sido condenado en Pamplona por un delito de coacción.

Imagen de archivo de un hombre golpeando insistentemente una puerta de cristal. ARCHIVO
Imagen de archivo de un hombre golpeando insistentemente una puerta de cristal. ARCHIVO

"A follar, a follar, a follar". Es el mensaje que una vecina de una conocida población de la Zona Media escuchaba cada fin de semana por parte de su cuñado, un hombre de 63 años que acudía insistentemente a su domicilio con la intención de mantener relaciones sexuales con ella.

Ahora el Juzgado de lo Penal Nº 2 de Pamplona ha condenado al hombre, esposo de la hermana de la víctima, por un delito de coacciones al entender que ha sometido a su cuñada a una "continua situación de control, vigilancia y agobio".

Según la sentencia emitida por el juez, y contra la que no cabe recurso, esta situación de acoso hacia la mujer se produjo todos los fines de semana de los meses de abril y mayo de 2016.

Según la denunciante, esta situación de acoso se remonta a años atrás y comenzó cuando la mujer tenía solo 13 años. La víctima ha asegurado que su cuñado sólo dejaba de proponerle relaciones sexuales en los períodos en los que ella ha tenido pareja estable.

El condenado se presentaba en el domicilio de la víctima, que reside en un municipio de la Zona Media, y le llamaba de forma insistente diciéndole que le abriera la puerta, que quería subir “a follar, a follar, a follar”.

En alguna de las ocasiones, tal y como recoge la sentencia judicial, el hombre de 63 años llegó a proferir expresiones mal sonantes y le dijo a su víctima que “era una mosquita muerta y una hija de puta”. 

La mujer ha llegado incluso a refugiarse en casa de algunas vecinas por miedo a la reacción de su cuñado y ha sufrido episodios de ansiedad, taquicardia y miedo. De hecho, se ha visto obligada a modificar su rutina diaria como cambiar el recorrido para acudir a su centro de trabajo o cambiar los horarios de salida de su domicilio.

La víctima se encuentra en tratamiento psicoterapéutico y sufre un trastorno adaptativo. Además asegura que sufre un sentimiento "de rabia" hacia su hermana y sobrinas al no sentirse apoyada por ellas.

Por su parte, el condenado presenta un abuso crónico del alcohol y se ha tenido en cuenta la embriaguez como atenuante de su pena.

Finalmente el juez ha decidido condenar al hombre por un delito de coacción. Le impone una medida de alejamiento y prohibición de comunicarse con la víctima durante 2 años y un día; además deberá indemnizarle con 2.000 euros y abinar las costas del juicio.

Por otra parte, se le había impuesto una pena de un año de cárcel que ha sido suspendida con la condición de que no vuelva a cometer delito alguno y proceda a pagar la indemnización a su víctima. También deberá someterse a un tratamiento de control de su alcoholismo en el centro de salud de su localidad, en la Zona Media de Navarra.


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