Tres orejas para Sánchez Vara mientras que Chapurra e Imanol Sánchez sufren sendas cornadas.
Lo de la tarde del sábado en Estella no fue una corrida de toros cualquiera. Una batalla de gladiadores, Vietnam, "Los Juegos del Hambre". Del cartel original, Sánchez Vara e Imanol Sánchez, con Chapurra como sobresaliente, solo el primero estaba en la plaza al saltar el sexto de la tarde al ruedo.
Y es que los toros de Reta no fueron regalando besos precisamente. Desde la vecina localidad de Grocin llegaban 6 toros de tres hierros propiedad del conocido pastor de los encierros pamploneses: Alba Reta, Reta de Casta Navarra y César Reta. Todos tuvieron carácter y personalidad.
El cénit del festejo se dio, sin duda, durante el tercer toro, de nombre Santero. N° 32, nacido en abril de 2018, colorado y con el hierro de Reta de Casta Navarra en el lomo, a la postre, el toro de la tarde. Ovacionado de salida, a Santero le recetaron 4 puyazos de distinta intensidad durante los cuales su comportamiento fue mutando.
Lo que parecía un toro con alguna posibilidad se convertía en un animal al que Sánchez Vara banderilleó con oficio y ganas, el único en recibir tres pares de avivadores en toda la tarde. Y con el público ambientado, el matador puso las cartas sobre la mesa. A los sones de "Agüero", primero tanteando y después con firmeza en la diestra, el alcarreño ponía boca abajo el coqueto coso de Yerri.
Faena breve, pero inteligente, buscando imponerse sobre el toro más noble del encierro navarro, que en ningún momento renunció a su fiereza. Como colofón, una más que aceptable estocada que hacía rodar al colorado Santero y ponía en manos de Sánchez Vara el doble trofeo, al tiempo que asomaba el pañuelo azul en el palco.
Antes más, en el abreplaza, la tragedia hacía aparición en la ciudad del Ega. Tras tratar de colocar un par de rehiletes a Tonelero, el caos se adueñaba de la entrada de un concurrido burladero de cuadrillas y Chapurra, el sobresaliente, sufría las consecuencias en forma de grave cornada de más de 30 centímetros. Sánchez Vara optó por abreviar con el de Alba Reta, matando de estocada y descabello.
Con el quinto, el de Guadalajara consiguió sacar agua de un pozo que parecía seco y templó la embestida por el pitón izquierdo, llevándose al esportón otra merecida oreja. Y aún le quedaba otro toro a Sánchez Vara, por cornada de su compañero Imanol Sánchez. Ahora bien, no lo tuvo que estoquear, ya que Tenderico se tumbó en los medios cual reivindicativo activista y no se levantó, siendo apuntillado en los medios.
Imanol Sánchez, conocedor de la casta navarra a través de las bravas reses de Arriazu, trenzaba, a las puntualísimas 18:30, el paseíllo sin saber lo que se le venía encima. Su primer toro, el único castaño del festejo, no fue fácil. Trucha acudió al peto en la querencia y la contra, permitió el lucimiento de los peones en banderillas y, sin embargo, decidió convertir cada pase de muleta en una ruleta rusa que ponía un nudo en la garganta del respetable y los de luces.
Pese al esfuerzo realizado, el matador escuchó los dos avisos, que bien podían haber sido tres de no ser por la benevolencia del palco. Algo parecido ocurrió en el cuarto de la tarde, pero con algo de potable faena en forma de tanda sobre el pitón derecho. Al tratar de realizar la suerte suprema, el aragonés recibió una cornada de 7 centímetros en el brazo izquierdo, impidiendo su actuación en el sexto de la tarde.
