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TOROS

La Casta Navarra 'resucita' la tauromaquia del siglo XIX con dura corrida en Ceret

El ganadero Miguel Reta ha celebrado la primera corrida de su hierro, en el que ha recuperado la casta Navarra perdida hace un siglo.

Corrida de toros en Francia de Casta Navarra de la ganadería de Miguel Reta. SERGIO COLÁS
Corrida de toros en Francia de Casta Navarra de la ganadería de Miguel Reta. SERGIO COLÁS

La ciudad francesa de Ceret resucitó la tauromaquia del siglo XIX con una corrida durísima de "Reta de Casta Navarra", mansa y peligrosa, en la que tres de sus toros fueron condenados a banderillas negras y con los que los tres toreros actuantes dieron la cara sobradamente.

Una corrida que había levantado una tremenda expectación porque Ceret tenía una cita con la historia taurina, con el resurgir de una sangre, la casta Navarra, que el ganadero Miguel Reta ha logrado recuperar después de desaparecer de los ruedos hace ya un siglo y que ya entonces era muy temida por los toreros de la época por sus patentes dificultades para la lidia.

"Reta de Casta Navarra" es el nombre de la ganadería que lidiaba su primera corrida de toros y, precisamente, ese era el verdadero interés, el saber cómo podían salir los seis "coloraos" de casi siete años que el ganadero navarro había reseñado para esta cita con una de las ciudades más "toristas" de Francia.

Históricamente habían sido unos toros terciados pero que solían desarrollar mucho sentido, un hándicap que podían, incluso, acrecentarse por la avanzada de edad del sexteto.

De ahí la heroicidad de los tres toreros que aceptaron el reto sin saber tampoco lo que se iban a encontrar tras ese exhaustivo trabajo de "arqueología ganadera" realizado por Miguel Reta, como señalaba el propio criador apenas 24 horas antes.

La tarde empezó dura, muy dura, con un primer toro que no quiso nunca pelea, huidizo, muy a su aire, sin querer capotes y ni mucho menos caballo, esquivándolos, incluso, cuando trataban de ir a por él por todo el ruedo, de manera que no hubo otra que condenarlo a banderillas negras, donde las cuadrillas pasaron las de Caín hasta que le lograron colocar dos pares.

Y, como era de prever, no tuvo ni un pase en la muleta, sin pasar en ningún momento y, algo aún todavía peor, sin permitir la más mínima confianza a su matador, Sánchez Vara, que hizo un tremendo esfuerzo con una lidia a la antigua, sobre las piernas, de gran oficio y notable mérito para, al menos, solventar la papeleta.

El cuarto fue un torazo que tuvo un emocionante y milagroso encuentro con el caballo, de mucho mérito, lástima que ese oasis se despejara ahí, pues el animal ya empezó a orientarse antes de banderillas, poniéndole las cosas muy difíciles a Sánchez Vara, que, sin embargo, tiró de agallas, gallardía y valor para hacerle frente e imponerse en un toca y daca muy emotivo.

De matar a la primera a buen seguro hubiera cortado una oreja de ley, pero la dificultad para meterle la espada, hizo que se demorara el torero, dando una merecida vuelta al ruedo.

El primero de Chacón, al menos, se dejó medio torear de capa y también acudió tres veces al caballo en la querencia, lo que denotaba ya su mansedumbre, algo que corroboró enseguida en el último tercio, refugiándose en tablas e imposibilitando cualquier atisbo de lucimiento por parte del torero, que hizo lo que pudo e, incluso, le robó alguno suelto.

Y algo parecido ocurrió con el quinto, también condenado a banderillas negras después de su negativa a pasar por el peto. Luego desarrolló también y buscó pronto el abrigo de las tablas. Chacón, que brindó a sus compañeros de batalla, trató de buscarle las vueltas, pero el toro, remiso y avieso a partes iguales, no se lo permitió.

El más joven y placeado de la terna, Miguel Ángel Pacheco, dio también la cara sobradamente con un tercero también de banderillas negras que cogió de muy malas formas a uno de sus banderilleros, quedando todo en un susto. Pacheco se remangó para imponerse a un toro que se orientó pronto y desarrolló mucho peligro.

El sexto fue otro "barrabás" que le echó también de forma espeluznante cuando le pegaba un pase de pecho. Respuesto del susto volvió a la carga Pacheco con una actuación firme y valiente ante otro astado de nulas posibilidades.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de "Reta de Casta Navarra", serios, con romana y de seis años pasados casi siete los seis. Corrida mansa y muy dura, entre peligrosa e imposible, con tres ejemplares condenados a banderillas negras.

Sánchez Vara, de blanco y oro: ovación y vuelta al ruedo.

Octavio Chacón, de celeste, oro y remates negros: silencio y palmas.

Miguel Ángel Pacheco, de rosa palo y oro: ovación y ovación.

Incidencias: Meritoria labor de todas las cuadrillas, banderilleros y picadores, y también mención especial a la gran cuadra de Bonijol.

La plaza prácticamente se llenó.


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La Casta Navarra 'resucita' la tauromaquia del siglo XIX con dura corrida en Ceret