Los habitantes de Falces no eran capaces de hablar sobre lo ocurrido y han asistido al cuarto pilón "con un nudo en la garganta".
La alegría por las fiestas en Falces era solo algo aparente. Acercarse a los vecinos para preguntar era motivo suficiente para que se borrasen las sonrisas de su rostro y, repentinamente, cesaran las bromas. Nadie quería hablar sobre Mari Carmen Asensio, que murió el martes como consecuencia de una caída de 12 metros por el barranco del Pilón.
Esta mañana de miércoles se ha homenajeado a la pamplonesa con un minuto de silencio. La sensación era de que el pueblo al completo había madrugado para acercarse a las colinas y enmudecer con el sonido de la trompeta que ha ofrecido un minuto de música en silencio.
Recobrando la voz hablaba minutos más tarde Elena Osejo, vecina de falces, que admitía que la muerte de la mujer "ha sido un palo muy grande para el pueblo". Después de un año entero esperando las fiestas, ha visto el encierro del miércoles de forma diferente: "Hoy ha sido un encierro tranquilo, casi lo deseaba, otras veces se quiere un poco de emoción".
También han visto la suelta de vaquillas de modo distinto los corredores. Según uno de ellos, un autóctono que ha preferido no identificarse, han bajado el Pilón "con un nudo en la garganta". Asimismo, ha querido reivindicar que el accidente no debe ser la excusa para que se pida cancelar el encierro.
La muerte de la pamplonesa de 53 años también ha sido "un palo" para los sanitarios que la atendieron. José Manuel Merenciano, responsable del operativo de DYA Peralta. Él acude todos los años a fiestas de Falces para llevar a cabo las curas y traslados de posibles heridos. Su equipo atendió a Asensio cuando cayó a la poza y todos están conmocionados por la noticia: "Nos afecta también".
"La familia también está destrozada porque fue un accidente muy aparatoso y con la desgracia de que falleció", ha añadido Merenciano que ha querido trasladar su pésame a los allegados de la pamplonesa.
Muchos vecinos y visitantes no querían hablar del tema, pero el malestar era evidente. Rabia contenida, expresiones tristes, silencio y suspiros. De la forma más trágica, Mari Carmen Asensio ha quedado grabada en la historia del Pilón de Falces.
