Las detenciones se han producido por delitos de violencia doméstica, agresiones y desobediencia.
Un joven, T.G.L de 23 años y vecino de Ansoáin, ha sido detenido por un supuesto delito de lesiones. Los hechos ocurrieron el pasado 9 de julio en un bar del casco viejo de Pamplona. La víctima se encontraba con otra persona en el exterior del bar cuando, sin mediar palabra, uno de los porteros le golpeó causándole una herida sangrante en el labio que necesitó tres puntos de sutura. Los hechos fueron puestos en conocimiento del Juzgado de Instrucción Nº 1 de Pamplona
También, la Policía Foral ha detenido recientemente en Sangüesa y Sarriguren a dos personas por delitos relacionados con la violencia doméstica y de género. El primero, un menor de 17 años como responsable de un presunto delito de malos tratos en el ámbito familiar y el segundo, un varón de 24 años y con antecedentes relacionados, por un delito de violencia de género. A esta persona también se le acusa de un presunto delito de allanamiento de morada.
Los casos han sido puestos en conocimiento de la Fiscalía de menores y del Juzgado de Violencia sobre la mujer Nº 1 de Aoiz.
Otro joven, J.M.B.G de 24 años y vecino de Tudela, ha sido detenida por delitos relacionados con la seguridad vial. Sobre él pesaba una orden de búsqueda detención e ingreso en prisión dictada por el Juzgado de lo Penal Nº 4 de Pamplona.
Además, un vecino de Orcoyen, M.C.O de 35 años, ha sido detenido por la Policía Foral en un bar de la localidad por un supuesto delito de desobediencia grave. Los agentes tuvieron que acudir en dos ocasiones al bar ya que un hombre comenzó a increpar a una pareja y horas más tarde volvió a presentarse en el lugar con siete amigos y agredieron al propietario del local, ante lo cual fue detenido.
En torno a la medianoche, una patrulla de seguridad ciudadana de la comisaría de Pamplona acudió a un local de la citada población porque un cliente estaba alterando el orden insultando, increpando y amenazando a otros clientes del establecimiento.
M.C.O indicó a los agentes que tenía problemas personales con una pareja que estaba en el local y en presencia policial, reprochó al dueño haber avisado a la policía por lo que los agentes le invitaron a abandonar el lugar para evitar posibles problemas. Además le informaron que si volvía a provocar un nuevo altercado o cualquier nueva alteración del orden podría incurrir en un posible delito de desobediencia grave a agente de la autoridad.
Dos horas más tarde se volvió a requerir presencia policial en el mismo local encontrando a la persona que anteriormente había provocado los altercados en un estado nervioso, fuera de control y con la camiseta hecha jirones. Además los agentes fueron informados que M.C.O había acudido al bar con siete amigos y que habían amenazado y agredido al propietario. Ante los hechos se procedió a su detención.
