Disfrazado de payaso diabólico persiguió a las jóvenes, que acabaron histéricas en un bar cercano a la Plaza de San Nicolás.
Tal y como se preveía en la pasada noche de Halloween en Pamplona, "aunque menos de lo esperado", la Policía Municipal tuvo que atender algún que otro suceso relacionado con los disfraces más temerarios en la madrugada del 31 de octubre.
Uno de ellos, el que despertó la más curiosidad por lo anecdótico del caso, se centró en el que vivieron tres jóvenes pamplonesas de 13 años que paseaban por el Casco Antiguo de Pamplona. Las chicas, que no iban disfrazadas, fueron atemorizadas por un joven que se vistió de payaso diabólico y salió a pasear su vestimenta por las calles del centro de la ciudad.
Con un cuchillo falso en la mano (simulaba uno real), persiguió a las jóvenes por las calles anexas a la vía de San Nicolás y del Paseo Sarasate durante un rato. Las chicas, que entraron en un estado de histeria y nerviosismo, vieron a bien acudir a un local cercano a la plaza de San Nicolás y refugiarse en él para pedir ayuda. Desde allí, se dio aviso a la Policía Municipal para que acudiera a 'subsanar' los hechos.
Los agentes que intervinieron en su 'rescate', y que tras un rato consiguieron calmar a las menores de edad, se dispusieron a buscar al joven disfrazado que 'paseaba' sus ansias de Halloween por la ciudad.
Dieron con él sobre las 20 horas de la tarde, ya de noche, en la Plaza del Castillo.
En una conversación negociada con los agentes, el joven aceptó a quitarse la máscara y "entendió a los policías", tal y como relatan este miércoles fuentes policiales. Hizo lo propio con el cuchillo y el hecho quedó en una mera anécdota, ya que asustar no es una acción constitutiva de delito.
