Este es el ambiente que respira la localidad de Tarragona tras el segundo atentado y en la que se acaba de confirmar un muerto.
Su apartamento de vacaciones está ubicado a escasos 100 metros de la que ella misma llama "la zona cero". Carmen, pamplonesa de 58 años, menciona así al lugar de Cambrils en el que esta pasada noche ocurrió el segundo atentado islamista y que ha dejado a 5 personas heridas y una fallecida a consecuencia de las heridas.
Tal y como se ha confirmado a primerísima hora de la mañana, cinco terroristas fueron abatidos por la policía cuando intentaban atentar contra los turistas de esta localidad de Tarragona en la que es habitual que muchos navarros pasen sus vacaciones. Su modus operandi iba a ser el mismo que horas antes en el corazón de la ciudad condal, donde una furgoneta arrolló y mató a al menos 13 personas. Hay más de cien heridos.
Los terroristas intentaron entrar en la zona peatonal de Cambrils, cercana al puerto, cuando el vehículo volcó y los agentes dispararon.
En estos momentos exactos, Carmen y su pareja acababan de acostarse, a los 10 minutos de llegar a casa. "Escuchamos los disparos, fueron unos 20, desde la cama. Salimos corriendo al balcón", arranca su testimonio esta testigo, que advierte de que el municipio ha pasado horas sumido en una gran "incertidumbre".
"Se nos pusieron todos los pelos de punta", indica en relación al sentimiento que le produjo asomarse a la calle, donde en el ambiente se cruzaba un silencio sepulcral y fuertes gritos de personas que advertían de que "había tres cadáveres".
Reconoce que en un primer momento no pensaron que lo que podía estar pasando en Cambrils, donde veranean habitualmente, guardase relación directa con los hechos de la tarde en Barcelona. Aún así, afirma que sí se le pasó por la cabeza al rato. "Los medios tardaron mucho en contarlo", resume en relación a que los hechos fueron sobre la una de la madrugada y ha sido a partir de las 4 cuando se ha confirmado lo ocurrido.
A continuación, se muestra una imagen que esta testigo ha fotografiado esta mañana desde el balcón de su vivienda.
"Todavía estoy impresionada, pasando la tensión de estos momentos y con una gran sensación de malestar", continúa Carmen. "No hemos pegado ojo. A las 5 de la mañana todavía estábamos despiertos. Además, ha habido un helicóptero sobrevolando nuestro edificio toda la noche", sigue.
La prohibición de desalojar sus casas les ha mantenido a ambos en un desvelo nocturno a escasos metros de donde víctimas, medios, policías, sanitarios y terroristas han pasado unos minutos de pánico en las calles de Cambrils.
Esta mañana, a primera hora, el ambiente en la localidad era aún de tensión. "Los restaurante de alrededor todavía tenían las cenas de anoche sin recoger y encima de las mesas de las terrazas. La gente está un poco asustada, aunque también hay muchos que no se enteraron en el momento. A nosotros, por desgracia, nos ha tocado vivirlo de cerca. Es un horror porque sólo hacía 10 minutos que había subido a casa. Pienso en que llega a pasar a las 22 horas, con toda la gente que había por la calle y...", termina Carmen.
