• viernes, 19 de abril de 2024
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SUCESOS

Una escaladora explica que se quedó colgada a 200 metros por secuelas de la Covid-19

Notó un calambre en el dedo y alertó a su amigo de que algo no iba bien, cuando dejó de sentir las manos y perdió la fuerza y la movilidad.

Imagen de archivo de una persona realizando escalada ARCHIVO
Imagen de archivo de una persona realizando escalada. ARCHIVO

La joven escaladora Maya Gras, de 35 años y natural de Vilafranca del Penedès, que tuvo la COVID-19 a finales de agosto con síntomas leves, asegura que días después se quedó colgada mientras escalaba al sufrir un agarrotamiento y tuvo que ser rescatada por los bomberos.

La joven ha explicado al semanario comarcal El Tres de Vuit que es técnica deportiva y apasionada de la escalada, un deporte que practica un mínimo de cuatro días por semana desde hace años.

A finales de agosto, contrajo la COVID-19, tras cuidar a un amigo que estaba enfermo, y pasó unos días en casa con síntomas bastante leves. Al cabo de unos días le dieron el alta y, al día siguiente se fue con un amigo a Lleida a escalar una vía de 220 metros, una actividad que, según explica, no le suponía un sobreesfuerzo, ya que ha llegado a escalar vías de 600 metros.

En un primer momento todo fue bien, pero al cabo de unos minutos pidió a su amigo que fuera por delante porque ella no sentía que su cuerpo estuviera al 100 %. Cuando ya estaban a punto de terminar, notó un calambre en el dedo y alertó a su amigo de que algo no iba bien, dejó de sentir las manos y perdió la fuerza y la movilidad hasta que quedó medio descolgada, de tal forma que tuvieron que llamar a los bomberos para rescatarla.

La trasladaron al hospital de Lleida y, seis horas después, pidió el alta voluntaria al recuperar la movilidad y pensar que se recuperaba bien. Sin embargo, no mejoró y al día siguiente no se podía levantar, por lo que llamó a una ambulancia. En el Hospital de L’Alt Penedès, le diagnosticaron una inflamación pectoral axilobraquial, que puede provocar una parálisis en las extremidades.

La deportista explica que después de la parálisis, también comenzó a tener problemas con el habla, la escritura, el equilibrio y la memoria, aunque su doctora asegura que no son secuelas de la COVID, sino al esfuerzo de la escalada, diagnóstico con el cual la joven discrepa, aunque en los próximos días se someterá a nuevas pruebas médicas. 


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